Capítulo único

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Ellos no se callaban

Por Katsumi Kurosawa

Capítulo único.

Los siseos y el sonido de cuerpos calientes chocando entre sí, se habían intensificado. Parecía que a los perversos que tenían sexo en la habitación de al lado se les olvidaba poco a poco que no vivían solos.

TOP miraba el techo escuchando al mismísimo G-Dragon gimiendo como una perra en celo mientras Taeyang le daba duro. O al menos debía estar dándole duro, maldita sea...

Una erección se había erguido sin su permiso. Le enfermaba, por Dios, sus amigos estaban teniendo sexo, era depravado sentir excitación al respecto; se removía incomodo bajo sus sábanas.

Llevó su mano derecha de modo mecánico a su entrepierna. Se saludó, palpitante, duro como roca, y acarició levemente su extensión soltando un suspiro agradado.

Podía verlos en su cabeza. A Jiyong boca abajo entregándole el culo al moreno quien, con las fuertes manos aferradas a la cadera blanquecina del pasivo, lo embestía con fuerza bestial.

Santísima virgen del Carmen, por qué carajo estaba dándole la oportunidad a los ruidos a que perturbaran su mente haciéndole imaginar.

Caliente.

Ahora se sentía muy caliente...

No quería seguir autocomplaciéndose, le parecía enfermo hacerlo motivado por dos de sus dongsaengs dándose duro en la habitación contigua.

Se cubrió la cara con las manos soltando un bufido frustrado cuando la puerta de su habitación se abrió dejando entrar la poca luz del pasillo y delineando la silueta de SeungRi, quien lo miraba con un puchero lloroso, abrazando un panda de peluche.

─Hyung... ─lloriqueó a modo de permiso para entrar.

─Pasa, esos lujuriosos no me dejan dormir tampoco ─suspiró molesto, removiendo su cuerpo entre las sábanas para esconder su erección e invitar al pequeño SeungRi a su lado.

El rubio contento se acurrucó a su lado. Peligrosamente cerca del cuerpo del mayor... El corazón de Seung se detuvo.

No era ningún secreto que SeungRi, el maknae de Bigbang, había crecido lo suficiente para considerarse un hombre. Sobre todo, un hombre deseable... incluso por otros hombres.

Seunghyun miró al techo, intentando distraerse.

Dentro de Bigbang todos eran atractivos para Seunghyun. Era un amante de la belleza, por lo tanto, encontraba hermosos a todos y cada uno, en especial a SeungRi...

Su sonrisa era tan bonita... sus ojos traviesos contrastaban con su sonrisa de niño. Eso le hacía fantasear sobre cosas que probablemente no vería, como la expresión llena de placer del pequeño.

Carajo, volvía pensar de modo pervertido.

No era raro. Seunghyun no deseaba a ninguno de la banda... sólo a SeungRi...

─OH, DIOS SÍ... AHÍ... JUSTO AHÍ PAPI...

El menor de los Seungs dio un brinco del susto. Aquel grito había sido demasiado exagerado. Se abrazó del mayor con el corazón latiéndole a mil por hora.

─Debería tocar su puerta y pedir que se callen... ─susurró el pelinegro tratando de concentrarse en otra cosa que no fuera en la pierna del pequeño rubio que le rodeaba la cadera.

─Me asusté... ─SeungRi tenía la voz adormilada ya. Se acomodó en el pecho de su hyung y se quedó dormido un buen rato.

Sin embargo, el pelinegro tragaba duro, siendo consiente que una de sus manos no le estaba obedeciendo y estaba paseándose por la espalda del pequeño. Era tibia y suave a través de la tela... ¿Cómo sería sentirla directamente?

Ellos no se callaban [TOPRI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora