Capítulo 4.

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Empezamos a correr y todo de ahí fue en descenso. Él había escuchado la voz que había lanzado el peyorativo inicial, por lo que la segunda expresión sirvió como verificación de su más terrible sospecha: Nos estaba alcanzando, Yixing era más bueno persiguiendo de lo que nosotros escapando. El miedo seguía ardiendo por dentro de mi corazón, y preferí enfocarme en la espalda fortuda del caballero que aceleraba los pasos en frente de mí. Desearía haber sabido cuánto tiempo hubo pasado, pero todo lo que podía sentir era el frío de la noche veraniega rozándose contra las partes descubiertas de mi cuerpo mientras descendíamos por la populosa calzada. Jongdae, aún en el bar, golpeó sus palmas contra la mesa y dejó escapar un sentido, “Mierda", mientras intentaba mantener la calma. Por suerte, él era un tipo más sensato que yo, y supo inmediatamente que salir a mi rescate no sería sino una gran pérdida de tiempo; Yixing iba a atraparme. Sólo esperaba que, en la mañana, los problemas fuesen cuestión de una breve suma de dinero, bajo ninguna circunstancia iba a dejar que Yixing me imprisionase, asì le costase el bar entero. Siempre agradecí su actitud protectora, aunque luego me tomó tiempo entenderla.

ㅡ ¿Se lo llevó? -  preguntó Chanyeol, uno de los chicos que también servía como mesero.

Jongdae no le respondió.

Las calles se volvieron angostas y ahora era yo el que se aferraba al desconocido, temeroso de perderlo en medio de un mar de gente. Yo era de allí, de la zona, pero apenas la conocía. Mi ruta era eso: una rutina, por lo que sólo estaba familiarizado con el ámplio sector verde y vivo, rodeado de aquellas gigantescas secuoyas que lideraban el camino al instituto desde mi casa, y las desnudas calles familiares que tenía que bajar para conseguir el autobús que iba y venia, de mi residencia a mi lugar de trabajo y viceversa. Perfectamente me habría disipado como azúcar, ahogado por una marea de rostros que se indisponían al sentir cómo un trío de personas se abría paso en medio de ellas. Antes quería que me soltase, ahora yo lo necesitaba para no sentirme tan desubicado, tan solo.

Me empujó dentro de un callejón y puso su mano sobre mi boca. Una pareja que se besaba de forma pasional nos sirvió de resguardo, y no dejó de cubrirme los labios sino hasta advertir que Yixing continuaba “persiguiéndonos". Bueno, ni entonces… Me miró con la misma expresión desinteresada con la que observaba todo cada noche que estaba en el bar, era como si estuviera diciéndome algo y necesitaba que yo le prestase muchísima atención; el único problema era que no se escuchaba ninguna palabra salir de su boca, el sonido que difería de aquellos consumidos por nuestro alrededor eran nuestras respiraciones agitadas, la de él libre, hedionda a aquel saltamontes, golpeándome la parte superior de las mejillas: la mía restringida, asustada, curiosa. ¿Había algo que yo debía entender? No lo supe de momento.

ㅡ ¿Siempre viene por ti? - preguntó.

Asentí, no podía hablar.

ㅡ ¿Por qué?

Cuando me calmé, levanté la mano, la empuñé y luego le mostré cinco dedos. Quince. Mi edad.

ㅡ Eres menor… ¿Es policía, no?

Asentí de nuevo. Ya no estaba tan asustado. La pareja se retiró y hubo un momento de luz en el que fuimos completamente visibles para cualquiera que se acercara. Él se apoyó sobre mí, escondiéndome y nos refugiamos en la oscuridad más profunda del callejón. Su pecho estaba contra  el mío y pude sentir lo fuerte que era su mano, apretada contra mi boca.

ㅡ Jongin. - hubo un silencio luego de eso. ㅡ Te llevaré a casa.

Adicción. | SeKai (EXO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora