JJP Prompts

Déjame Ayudarte

Ser un híbrido no es tan fácil como parece. Aquellas palabras siempre salían de la boca del felino cuando cualquiera le decía que envidiaba su condición, alegando que poseer características tanto humanas como animales era de lo mejor. Es cierto que tenía algunas ventajas y ciertos sentidos más agudizados, pero también había ciertas contras. Como el maldito celo, por ejemplo.

Hoy era uno de esos días donde debía aliviar el extremo calor que recorría todo su cuerpo y el querer restregarse contra cualquier cosa o persona para calmar el creciente deseo sexual que dominaba su cuerpo. Estaba en cama, tratando de regular su agitada respiración. Dios, como odiaba estar en celo. Porque, diablos, masturbarse no era suficiente para él. Lo había intentado las suficientes veces para perder la cuenta y sabía que necesitaba algo más. Pero no follaría con cualquier imbécil que encontrara en la calle.

"Desearía tener novio". Dijo para sus adentros.

Solo le quedaba pasar el resto de la semana encerrado en su cuarto frotándose contra la almohada. Que panorama más emocionante.

— JaeBum, cariño. —cuando su madre entró en la habitación de improvisto, no pensó que sería para cambiar todos sus planes. — JinYoung vino a verte para dejarte los apuntes y saber cómo estás.

— ¿Le diste las gracias de mi parte?

— Está abajo, quiere verte.

— Má, no sé si sea buena idea que JinYoung me vea... —dijo con clara incomodidad, puesto a que no estaba seguro si se podría controlar en presencia de otro hombre. Uno que pasaba en plena etapa de que sus hormonas llegaban a los cielos.

— Solo serán unos minutos, ¿sí? Me ha insistido en verte.

Se quedó pensativo. JinYoung ha sido su mejor amigo desde que cursó la secundaria y quien conoce con mayor detalle por lo que está pasando en estos momentos, mientras los demás creen que se encuentra enfermo, él sabe que está atravesando por su celo. No podía tener tan poco corazón como para no verlo, de seguro vino directamente de la escuela y no quedaba precisamente cerca de su casa.

— Está bien, dile que suba.

Su madre sonrió y no pudo evitar devolverle tal gesto. Cuando ella cerró la puerta, aprovechó para arreglarse un poco el cabello y quitar cualquier evidencia de que estaba sufriendo entre esas cuatro paredes. No quería que su mejor amigo lo viese en su estado tan deplorable. Apenas logró alisar algunas arrugas de sus sábanas cuando alguien golpeó la puerta, asomándose un rostro conocido a los pocos segundos.

— JB. —por el tono de alegría y la pequeña sonrisa en su cara, supo que JinYoung estaba feliz de verlo. Pasó al cuarto cuando el mayor le indicó que entrara y cerró la puerta. — ¿Cómo estás?

— Bien, dentro de lo que se puede.

— Eso es algo, ¿no? —dijo con diversión y el otro alzó sus hombros. Dejó su mochila sobre la silla frente al escritorio y sacó de allí un cuaderno. — Te traje los apuntes.

— Déjalos sobre el escritorio. —le indicó, tratando de no removerse frente a la gran cantidad de testosterona que inundó su habitación de improvisto.

— Por cierto, tu madre ha salido de compras. —el híbrido asintió, restándole importancia.

El pelinegro se sentó en la orilla de la cama para estar más cómodo, sin saber que su presencia producía en su mejor amigo una elevación de temperatura corporal y fuertes deseos de gimotear, suplicando por contacto. Comenzaron a hablar de algunas cosas que ocurrieron durante la ausencia de JaeBum en la escuela y mientras los minutos pasaban, el híbrido se colocaba más nervioso.