La batalla estaba por empezar.
La nave en la que viajábamos no era la mas cómoda, apenas tenia asientos hechos de madera no muy estable, el baño era horripilante y la comida, mejor era pelear que comer aquella blasfemia que nos daban para alimentarnos.Varios de los novatos que apenas se les había asignado nuestro pelotón estaban llorando o repitiendo el nombre de cada integrante de su familia, esperando que ellos estuvieran rezando por su bienestar.
Idiotas.
Cuando entras a la guerra tu familia te olvida, dan por hecho que el solo pisar la armada te conviertes en hombre muerto, destinado a morir en el campo de batalla sin reconocimiento de ningún tipo. Créelo, lo he visto millones de veces. Cada mes morían miles de niños por todo el mundo. Pocos son los que mueren en batalla, pero eran mas los que morían del miedo, de la desesperación, del pánico. Eso era lo que realmente los hacia desertar en las luchas.
Un sonido hace que vuelva a la realidad.
Era el sonido del avión descendiendo. Todos los chicos comenzaron a sentirse nerviosos y asustados, yo por mi cuenta me mantuve en calma, lo feo estaba por empezar. El miedo se había marchado de mi hace mucho tiempo, desde aquel incidente de Polonia ya nunca mas he vuelto a sentir temor alguno por algo igual.
La nave hizo una sacudida brusca.
Habíamos aterrizado, los chicos nuevos comenzaron a respirar agitadamente, sus manos apretaban las armas que tenían en las piernas. Yo fui el único en estar tranquilo, tome mi arma y la acomode en mi espalda, apreté bien mis guantes y espere a que la puerta se abriera. Voltee y deje escapar un bufido, todos seguían ahí mirándome con cara de suplica. Camine hasta las bancas y me les quede mirando unos instantes.
--¿Que creen que hacen ahí sentados??--pregunte molesto--Solo hemos aterrizado y, ¿ya están llorando del miedo, bebes estúpidos?
--No..no señor--tartamudeo uno de los novatos de hasta el fondo.
--¿No que?--me acerque al novato--¡Responda!
--No somos bebes estúpidos--exclamo el chico.
--¿Y tu eres la voz de los demás?-volví a preguntar.
--No, no lo soy.
--Entonces dejaras que todos respondan.
El chico me miro asustado y algo furioso, ese era una estrategia para distraerlos. Camine por toda la banca cada uno de los chicos del pelotón me miraban nerviosos.
--Entonces, ¿me dirán ustedes que son?
--¡No somos bebes estúpidos!--gritaron los siete al mismo tiempo.
Cada uno de los muchachos tomo municiones y recargaban sus armas. Yo por mi cuenta me dirigí a la puerta del pequeño avión y espere a que mis chicos estuviesen listos para combatir.
No tomo mucho, en poco tiempo ya todos nos encontrábamos mirando nuestro escenario de batalla: unos edificios algo viejos y mugrosos se alzaban ante nosotros, los coches abandonados, las cosas rotas, partes de escombros por todas partes hacían que el enemigo fuese mas difícil de encontrar. Mis chicos nerviosos, sujetaron sus armas y salieron uno por uno de la nave, yo fui el ultimo en salir. La nave despego haciendo un pequeño remolino de escombros y basura en nuestro alrededor, por suerte nos habían dejado en una parte rota de la ciudad, por lo que no hizo muy vistosa su despedida. Me reuini con los demás en una pared enorme de piezas de auto, partes de edificios y algunos restos de pavimento.
--¿Que vamos a hacer señor?--pregunto en voz baja Jonhatan, el mas chico del grupo.
--Algo sumamente fácil, iremos a los edificios de ahí--señale hacia mi oeste, a unas edificaciones que no estaban muy lejos--cuando lleguemos buscaremos una habitación con mira a la calle, dos se quedaran ahí, otros cuatro inspeccionaran los pisos superiores a la habitación en busca de algo que comida o algo que nos sirva para resistir los ataques de esos malditos monstruos, uno mas y yo iremos directo a la azotea para vigilar y avisar a los demás en caso de un posible ataque.
--¿Y si no hay nada en ese edificio?--pregunto otro muchacho, Roberto, no muy listo pero si buen buscador.
--Iremos al siguiente, y si no hay, igual al siguiente, así hasta que encontremos a esos hijos de perra y los matemos.
Mire a cada uno por un momento para decidir a quien le asignaba que.
--Miguel, tu y Jonhatan y busquen una habitación en donde instalarse , Sergio, Roberto, Elton, Harry. Ustedes serán quienes investiguen el edificio y Ernesto y yo iremos a la azotea. Bien, entonces ya sabe cada uno que hacer, así que vamos--dije mirando a los siete chicos. Di la orden de avanzar y salimos de los escombros hacia campo abierto.
Avanzamos hacia lo peor
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Extinción
Science Fiction¿Que pasaría si un día un enemigo de otro lado hubiera extinguido a casi todo el mundo, y la única salvación fuese un un pequeño grupo de niños? Aunque estos no lo entiendan de inmediato, teniendo un gran rencor contra quienes los pusieron en el cam...