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Lo recosté, tomé sus brazos y los pasé por encima de su cabeza. Me gustaba verlo así, su frente estaba empapada y sus cabellos negros estaban pegados a esta.

Lo besé, lo volví a besar de nuevo en esa noche, podría besarlo todo el tiempo y jamás me cansaría. Retiré su chaqueta y después su mangalarga, estaba sólo en una camisa blanca que si no me equivoco es mía.

Quité mi chaqueta y mi camisa, ahora yo me encontraba sin nada en mi torso y en cierto sentido me daba pena, jamás me había visto sin camisa, tal vez en pantalones cortos pero sólo eso.

Lo seguí besando, nuestras hombrías hacían fricción entre ellas, y él simplemente se dedicaba a gemir. Gemía en mi oído y mi pene despertaba cada vez más.

Besé su cuello, estaba frío y sudoroso, olía a avellanas. Lamía su clavícula y saboreaba su manzana de adán, sus manos seguían por encima de su cabeza y podía sentir como se desesperaba por movérlas.

Retiré su camisa blanca, me quedé fascinado, su pecho era tan blanco, casi podía brillar ante la tenue luz de la lámpara junto a la cama, se miraba casi pálido.

Seguí besando su pecho hasta su estómago y repetí el camino de vuelta a sus labios, subí por su cuello para después besárlo de nuevo, dejando libres sus manos, en cuanto liberé sus manos comenzó a tocarme la espalda.

Mi piel se erizaba con cada roce con sus manos. Me giró, quedando con él encima mío me besó el pecho mientras me miraba a los ojos. Era una mirada peligrosa.

Let Me Love You | VHope [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora