CUENTO DE NAVIDAD SNARRY

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Ron Wealsey, empleado de la fábrica de pociones Snape, estaba mirando por la ventana. Suspiro sin mucho entusiasmo. A pesar de que era el día de Noche Buena, no se le veía muy contento. La razón, su actual jefe, Severus Snape.

–¿Te has decidido Ron? –Pregunto uno de sus colegas.

–¿Por qué tengo que ser yo Neville? –Pregunto el pelirrojo molesto.

Longbottom volteo a ver a sus otros dos colegas, Dean y Seamus, esperando que lo apoyaran.

–Por que tu eres quien mejor se lleva con él –Contesto Dean.

El pelirrojo puso cara de puchero –Eso fue antes de que pasara aquel accidente en...

–¡No lo digas! –Gritaron sus tres compañeros.

–Recuerda que esta prohibido hablar de tu ya sabes que –Susurro Seamus.

Ron se cubrió el rostro con las manos –Es imposible, no creo que Snape nos deje salir temprano hoy y no creo que nos de el día libre mañana.

–Vamos, no puede ser tan amargado ¡Es Navidad! –Neville tomo valor para decir aquellas palabras, valentía que no le duro mucho al escuchar los pasos de su jefe. Severus Snape entro al laboratorio. Al verlos elevo una ceja –¿Por qué están haraganeando en horas de trabajo?

Seamus, Neville y Dean miraron suplicantes al pelirrojo para después ponerse a trabajar, Ron suspiro cansinamente –Señor Snape, mis compañeros y yo nos preguntábamos si seria posible pasar la navidad con nuestras familias.

–Por supuesto señor Weasley, siempre y cuando estén aquí temprano por la mañana.

–Pero señor...

Snape miro de mala gana al pelirrojo –Si alguno de ustedes holgazanes se atreve a faltar el día de mañana no se molesten en volver jamás –Ron iba a refutar aquello, pero Severus se adelantó –Y si siguen con el asunto me veré obligado a hacerlos trabajar horas extra el día de hoy por el valioso tiempo que me están quitando en este momento –Todos pusieron cara de terror pensando en que bien cumpliría sus amenazas –No les pago para platicar ¡A trabajar! –Fueron las ultimas palabras de Snape.

O-o

Severus estaba en su pequeña mansión. Abrió las cortinas de su cama y paso su mano en el suave colchón. Podía sentir la soledad palpable en ese lugar ¡Como extrañaba a su amante! Su sonrisa, sus caricias, sus abrazos, su calor... Apretó la sabana con su mano y bufo. De inmediato se puso la pijama y se dispuso a dormir, necesitaba descansar para continuar con las labores del día de mañana.

El moreno se acurruco en la mullida almohada durmiéndose casi al instante. No supo cuanto tiempo paso, pero despertó un tanto asustado. La enorme ventana frente a su cama se abrió de improviso dejando pasar un fuerte y helado viento. Tirito por el frío he iba a levantarse a cerrarla cuando alguien apareció en ella, un sujeto con capucha. Snape trato de tomar su varita para defenderse ¿Acaso esos malditos habían regresado a terminar el trabajo?

–Tranquilo Severus –Una cansina y conocida voz se escuchó del encapuchado. Pero no podía ser el, estaba muerto ¿No?

El sujeto revelo su identidad. Albus Dumbledore, había entrado por su ventana. Ese maldito vejete incluso después de muerto venía a molestarlo.

–¿Albus? –Pregunto aun indeciso.

El anciano sonrió –Oh no, solo he tomado esta forma para que estuvieras mas cómodo –Explico para sonreír de nuevo.

¿Cómodo? ¿Era eso una broma? –¿Entonces quién eres? –Snape trato de verse lo mas sereno posible.

–Soy un espíritu –Severus elevo una ceja sin comprender–Para ser mas exactos soy el espíritu de las navidades pasadas, yo soy tu primer visitante, después vendrán dos amigos míos mas...

Severus rodo los ojos –Salga de mi propiedad y déjeme dormir –El moreno tenía toda la intensión de ignorar la figura frente a él y regresar a dormir. El espíritu voló velozmente y tomo a Severus de un brazo –Antes de dormir debes acompañarme –Snape intentaba soltarse, pero el espíritu era muy fuerte, cuando menos lo pensó estaba volando por encima de la ciudad. "¡Que remedio!" pensó, "Entre mas rápido le dejara hacer lo que necesitaba mas rápido lo dejaría en paz".

Llegaron a una casa enorme, se escuchaba música alegre y podía verse como la luz se colaba al exterior desde una ventana. Snape sintió la nieve helada en sus pies descalzos maldiciendo al espíritu por no haberle permitido al menos ponerse unos zapatos.

Cuento de navidad SnarryWhere stories live. Discover now