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Bakugou Katsuki se veía en su habitación estándar rodeado de sus dos amigos de escuela. Pues Eijiro y Denki habían tenido consentimiento de pasar la Navidad junto al muchacho de temperamento explosivo.
Katsuki, el cual traía frituras en su mano envasadas fue visto por el pelirrojo, quien le sonrió.

—Bakugou, juguemos a hacer castigos mientras jugamos a piedra papel o tijeras —ofreció el pelirrojo mientras no dejaba de lado aquella muestra de carisma, admirando a Katsuki sentado frente a él—.

—Eso no suena a pregunta —mencionó aquel de mala gana a medida que cruzaba sus dos brazos—.  Pero el que pierda hará lo otro sin chistear.

Denki afirmó con una risa en su cara, pues notaron que Eijiro y el mismo habían logrado hacer caer a Katsuki.
Sabían muy bien como iniciaba aquel chico tirando. Por lo que tener la victoria sería algo más que fácil.
Katsuki dejó una bebida en el suelo, tomando una esfera picante que Kirishima poco antes había traído.

—Quienes venzan harán castigos —Mencionó Kaminari mientras veía que la noche comenzaba a caer,sabiendo que debían hacer lo que pleneaban de forma más que pronta—.

Los tres tiraron, y aquel que fracasó lo hizo con sorpresa en su mirada.

—¡Bakugou ha perdido!—Mencionó el chico de dientes filosos mientras mostraba aquellos producto  de su sonrisa. Aún así, sintió una explosión serle dada de frente. Y él entre el humo en cuanto usó su quirk para resguardarse—.

—Calma calma Bakugou. Tú dijiste que cumpliría el perdedor todo. Asique aquí va mi penitencia —mencionó aquel rubio radiante mientras buscaba algo en una bolsa que traía consigo—.

Sujetó algo en el fondo, y lo único que sacó fue un traje de reno con orejas y nariz. Lo cual causó que Katsuki frunciera el ceño.

—Ni en joda me pongo eso. Pikachu.

—¿Eeeh? Pero si tu eres el gran Bakugou. ¿no puedes hacer algo así a pesar de tu genialidad? Me siento decepcionado... —Excusó al notar aquella vista molesta. Sintiendo el vacío en sus manos cuando le arrebataron aquel traje de sus manos—.

¿porque había resultado tan fácil predecirlo?
Ahora Katsuki se estaba desabotonando su camisa y sacando sus pantalones. Quedando sólo en ropa interior.

—¡¿Que mierda miran?! —Rugió en voz alta al sentir las miradas de Ambos sobre él—.

Eijiro desvío su vista nervioso y con una sonrisa estampada. Pues era la primera vez que veían al rubio ceniza con tan pocas prendas ocultando su inesperado físico para su edad.

—No pasa nada. ¡Mi...mi parte y castigo es que vayas tomando tres latas de cerveza a donde está  Midoriya! —Exclamó al tartamudear, sabiendo que debía  usar otra vez su quirk por otra explosión—.

—¡Jamás!—mencionó mostrándoles el dedo del medio. Chisteando y yendo a la salida con más de una cerveza en mano. Dando un brutal portazo a su casa—.

El timbre de Deku acabó por sonar tras unos minutos antes de abrir sus obsequios, puesto que eran mas de las 11 en ese instante.
Con curiosidad y nerviosismo fue y abrió aquella puerta principal, sintiendo un peso caer sobre si de golpe.

—¡¿K-Kacchan?!—Lo nombró al sentir y reconocer sus cabellos. Sonrojandose en cuanto el rubio se apegó a aquella curva presente en su cuello—. ¡Kacchan!

Se dio un paso a aquella casa. Y Bakugou no hizo más que fruncir el ceño sin despegarse de Izuku.
El peliverde estaba tan rojo como una fruta madura en primavera, manteniendo su vista en aquel rostro ajeno sonrojado.

Katsuki el renoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora