Parte I

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— ¿No puede Granger llevar al mocoso al centro comercial? — preguntó Draco frunciendo el ceño mientras observaba a su amante de dos años desplazarse a través de la cocina preparando el desayuno. Algo que un elfo se supone que debe hacer, pero Harry se negó a emplearlos. Él no sabía si era debido a una de las razones oscuras de Harry o bien porque Granger rechazaba la idea de que un elfo trabajara en casa.

Estúpida mujer, ¿Por qué piensa ella que los elfos domésticos existen?, Pensó molesto.

Harry se dio la vuelta para mirarlo de frente y rodo los ojos. — En primer lugar, no lo llames mocoso. Su nombre es Teddy. — Dirigió tres platos, llenos de huevos, bacón crujiente y tostadas caliente a sus respectivos lugares en la mesa. — En segundo lugar, ella no puede porque tiene un chequeo para el bebé, ¿recuerdas? — .

— Tendría que haber pensado en eso antes de que llenara su mente con esa historia extraña de un gordo irrumpiendo en las casas para dejar regalos a los niños ingratos — . Draco resopló. — No hay forma en que un individuo obeso pueda lograr eso, a excepción de cuando se es un mago. Y si él es realmente un mago, sólo deben entregar los paquetes por lechuza o Flú — .

— Vamos, Draco. Es sólo una historia que cada niño llega a oír en el mundo muggle. No te va a matar estar de acuerdo con eso hoy — .

— Me permito diferir— . Masculló el rubio malhumorado.

Harry continuó, como si no hubiera sido interrumpido.

— Además, piensa en esto, es como devolver el favor. Hermione nos cubrió la espalda a nosotros el día que visitamos al Sanador. Lo menos que podemos hacer ahora, es llevar a Teddy para ver a Santa Claus en lugar de dejarlo en manos de ella. También sigo siendo su padrino, y esa es una de mis obligaciones. — Sus labios se curvaron con diversión.

Draco frunció los labios y miró hacia otro lado,atizando uno de los lados buenos de su huevo con el tenedor. Al ponerlo de esa manera, él supuso que era mejor regresar el favor de esa manera, en lugar de tener a Granger ideando algo.

De mala gana, tuvo que admitir que la joven los había encubierto mucho, incluso mintiendo a su propio marido. No es que se le había pedido su ayuda, pero había sido muy útil.

Miró de nuevo cuando una cálida mano le tocó la muñeca. Una sonrisa irónica se dirigió a él.

— Vamos a hacer un trato. Si puedes comportarte como un adulto responsable y agradable hoy, vamos a decirle a los Weasley nuestra noticias durante la cena de Navidad. — Harry propuso y su otra mano cayó brevemente a acariciar su estómago.

Draco se animó y una sonrisa apareció en su rostro. — ¿Quieres decir que puedo frotar en la fea cara de la comadreja que eres completamente mío ahora y que yo pudiera darte más en dos años que ella en cuatro? —

Harry suspiró exasperado.

— Supongo que sí, pero se cortés al respecto ya estarán en estado de shock después de oír nuestra noticia. No quiero terminar la Navidad intentando evitar que Ron no te mate — .

—Voy a insultarla de tal manera que no se van a dar cuenta de que fueron insultados hasta que ya estamos lejos en nuestra luna de miel.— Draco respondió satisfecho y tomó un sorbo de su té caliente.

—Nuestra luna de miel es durante cuatro meses—. Harry frunció el ceño, sonando confundido.

—Exactamente—. El rubio le respondió con una sonrisa de suficiencia.

Harry rodó los ojos y suspiró exasperado. Draco nunca perdería por completo su vena vengativa hacia la familia Weasley.

Dos horas más tarde, los dos adultos se dirigían al centro comercial cercano, con el joven Teddy Lupin saltando delante de ellos. A Teddy no le gustaba aparecerse y la nueva condición de Harry no permitía ese tipo de viaje así que Draco se había resignado a caminar.

Malfoys and Santa Claus don't mix well Donde viven las historias. Descúbrelo ahora