—¡Namjoon~! —llamó a su novio, feliz como todos los días. Recién llegaba, y se encontraba muy entusiasmado.
Normalmente tenían sexo después de que llegaba de la universidad, ¿Quién no lo estaría? Con semejante hombre, uf, tremendo porte.
—Hola, bebé —el mencionado sonrió ampliamente, despegando la vista del libro que se encontraba leyendo hace un par de horas.
Seokjin dejó sus cosas sobre el sillón con calma, acercándose a Namjoon. Se sentó junto a él, besando su mejilla— Te extrañé.
—¿Me extrañaste mucho? —acarició su mejilla, mirándolo a los ojos. Este asintió, fingiendo mucha tristeza y miseria por no verlo desde... la mañana.
—Dame un besito —hizo un gran puchero.
—No —dijo juguetón.
—Entonces no prepararé algo rico de cenar para ti —se cruzó de brazos, mirándolo de manera desafiante.
—Yah, no juegues con mi comida —soltó una risita, acercándose para darle un beso.
—Siempre caes... —dijo antes de fundirse en el beso.
Movían sus labios con calma, disfrutando la compañía y el cariño que se tenían mutuamente. Estuvieron así unos momentos, hasta que —como todos los días— subía de nivel, volviéndose fogoso y desordenado. No podían resistirse el uno al otro, era casi una droga. Sus cuerpos se correspondían con pasión, era imposible no hacerlo. Podrían pasar horas de no verse, en ocasiones, solo un par de días, y seguía siendo igual de intenso. Como si hubieran pasado milenios sin verse.
Se escuchaban los chasquidos de sus labios, y los suaves jadeos debido a la excitación.
Seokjin fue acomodándose sobre el regazo de Namjoon, colocando sus rodillas a los costados. Pasaba las manos por su pecho y brazos bien trabajados, él estaba todo fuerte y delicioso. Quitó su camisa, deleitándose con la vista.
—¿Te gusta lo que ves, amor? —acarició su cintura cariñosamente con una mano, responsando la otra sobre su muslo.
—Me gustaría mucho más si no tuvieras pantalones... —sonreía atrevidamente, inclinándose para besar su cuello. Nadie sobrevive al roce de esos labios carnosos. Bajó las manos hasta el elástico de su pantalón holgado; era muy notorio que Namjoon no cargaba ropa interior, su erección se apreciaba perfectamente. Simplemente los haló hasta sus rodillas, dejando que cayeran al suelo. Ya lo tenía a su merced.
Se arrodilló entre sus piernas, mirándolo desde ahí.
—Luces tan lindo... —enredó sus dedos en el cabello de Jin, masajeándolo lentamente.
Este sonrió por el contacto, acercando sus labios hasta el pene de su novio. Lamió casi que de manera tímida de la base hasta la punta, repetidas veces; haciéndolo jadear por la sensación.
Metió la mitad a su boca, chupándolo con paciencia. Tenían toda la noche.
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peaches and cream; namjin
Short StoryNamjoon tiene una obsesión por los melocotones con crema de SeokJin.