única parte.

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La nieve comenzaba a caer lentamente al mismo tiempo que San Ha se acercaba a la ventana para visualizar esa obra de arte, lo que más amaba era ver cómo los pequeños copos se pegaban a la ventana y también caían al suelo, adornando todo alrededor de un hermoso blanco.

El frío no se sentía dentro de su casa debido al fuego que brotaba de la chimenea que estaba prendida hace ya dos horas. Las luces navideñas de diferentes colores iluminaban toda la casa demostrando los brillantes colores que podían desprender. El árbol navideño era una de las cosas preferidas del ojos oscuros, cada noche se sentaba a visualizar aquello que lo tenía maravillado. Sin duda, Navidad era su mejor día de todo el año.

"Espero que este año Santa pueda traer mi regalo y cumplir mi deseo." Habló así mismo suspirando, hace ya más de seis años que San Ha iba pidiendo el mismo regalo pero nunca se le cumplía, este año tenía que cumplirse o ya se iba a dar por vencido.

Tomó su taza de chocolate caliente y continuó viendo las escarchas caer sentado desde su sillón, esperando que su invitado llegara para poder iniciar la Noche Buena.

Sus padres se habían ido de viaje y los regalos ya los habían dejado debajo del árbol antes de irse. Al principio, el peliblanco estaba triste por eso pero al pasar los días se fue olvidando y siguió disfrutando de aquella hermosa semana navideña.

Mientras daba un sorbo de su caliente chocolate el timbre de la puerta principal se pudo escuchar dentro de la casa y San Ha no pudo estar más contento por una simple melodía.

Corrió hasta la puerta y abrió sin ver quién era.

—¡Min Hyuk! —Se tiró a sus brazos esbozando una gran sonrisa. —Pensé que no ibas a llegar.

—Hey, San Ha. —Sonrió el nombrado entrando a la casa y tratando de acariciar el pelo del menor pero siendo un acto fallido debido a que el joven era muy alto. —Se me hizo difícil llegar, pero aquí estoy. No iba a faltar a pasar la Navidad junto a ti, San Ha.

El pequeño se sonrojó al escuchar la última oración y se escapó a la cocina en busca de una taza de chocolate caliente para que el mayor no pueda ver lo rojo que estaban sus mejillas.

Mientras tanto Rocky, como tanto le gustaba llamarlo San Ha, se sentó en uno de los sillones esperando que el ojos oscuros vuelva nuevamente junto a él.

—¿Quieres chocolate? Lo preparé hace un tiempo pero todavía sigue caliente. —San Ha sonrió entregándole la taza y Min Hyuk no podía rechazar aquello, San Ha era lo más tierno que conocía.

Los dos adolescentes se sentaron de un mismo lado y comenzaron a charlar mientras bebían el chocolate y comían algunas galletas también preparadas por San Ha.

—Todavía no entiendo cómo tus padres te dejaron venir hasta aquí. —El menor no podía dejar de mirar el bello rostro de su amigo, cada noche sufría debido a que aquél sujeto no podía ser suyo.

—Por tí haría lo que sea San Ha. —Al ver como el nombrado se sonrojó, rió feliz debido a lo que pudo hacer.

—Ya basta Rocky, deja de molestarme. —El adolescente se tapó con un cojín esperando que su rubor desaparezca.

—No te estoy molestando, estoy diciendo la verdad. —Continuó riéndose ya que causó otro sonrojo por parte del menor.

—Y dime, ¿qué pediste para Navidad? —San Ha preguntó, esperando con atención la respuesta de su amigo.

—Realmente nada, no quiero hacer que mis padres gasten plata en un regalo que luego no usaré. Me limité a pedir ropa. ¿Y tú? —Ahora la atención estaba en San Ha, quién fue sorprendido con aquella pregunta.

december ☃ sanhyuk/rocksan osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora