⭐Introducción⭐

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Kim Seokjin podría apostar que la vida estaba en su contra.

Era una noche de frío invierno, caminaba furioso y con una pizca de angustia, una bufanda marrón cubría su cuello y parte de su rostro, pero aún dejaba a la vista sus ojos llorosos.

El espantoso ogro que tenía por jefe lo había despedido simplemente porque se le dio la gana, porque él mandaba y porque afuera una chica demasiado guapa estaba esperando para reemplazarlo.

Seokjin no nadaba en dinero. Debía pagar su universidad, la renta del departamento y además mantener a su hijo. Agradecía que Taehyung y Jimin se ofrecieran voluntariamente para cuidar a Jungkook sin pedir nada a cambio, ya que el dinero cada vez se le hacía más escaso y no podría pagar una niñera. Además no confiaba en nadie más para que cuide de su niño mimado.

Ahora se encontraba sin empleo, llevaba una semana de atraso en el pago de la renta, se acercaba la mensualidad de la universidad y el pago de la escuela de Jungkookie, aunque esto último casi no era un problema. Wonwoo acostumbraba a pagar la escuela de su hijo. 

Gruesas lágrimas rodearon sus mejillas, se sentía asfixiado. Sólo tenía veinte años y ya estaba pasando por las frustraciones que dejaba el dinero. Debía encontrar una solución rápida.

.

.

— ¡Papi! — gritó una aguda voz en cuanto abrió la puerta del departamento.

Un pequeño niño corrió hasta él con sus bracitos extendidos y una muy amplia sonrisa, permitiendo al mayor ver la falta de dos de sus dientes inferiores. Seokjin enseguida lo cargó y repartió varios besos en su mejilla.

— ¿Cómo estás, bebé? ¿Te divertiste?

Jungkook asintió emocionado y alzó sus dedos pulgares.

— Kookie jugó mucho. Kookie y Chimmy hyung encontraron a Tata hyung muy rápido y se enojó.

— ¡Jeon Jungkook, eres un traidor!— gritó Taehyung desde la cocina.

El niño cubrió su propia boca y soltó una risita traviesa.

Seokjin esbozó una muy tenue sonrisa y dejó al pequeño de pie en el suelo, acudió a la cocina donde los niñeros personales de su hijo hacían su mayor esfuerzo por prepararle una cena decente. Sólo se encontró con un Taehyung todo sucio con harina y a Jimin riendo —probablemente burlándose—, y un bowl boca abajo.

El castaño se cruzó de brazos y alzó una ceja.

— Déjenme adivinar... otra vez entró un tornado y dejó un desastre sólo en la cocina.

— ¡Exacto!— Taehyung puso una mano en su frente, haciendo todo su esfuerzo para que su escena dramática fuera convincente— Temíamos que te encontraras afuera con ése tornado.

Seokjin asintió intentando aguantar la risa y llamó a su pequeño que veía la televisión.

— Mi amor, ¿Le harías un favor a papá?— preguntó a Jungkook, quien asintió sin dudarlo— Por favor, lleva a Tata hyung al baño y ayúdale a limpiarse.

El infante corrió hasta su mayor, le tomó la mano y lo llevó, casi a rastras. Seokjin suspiró angustioso, ganándose la atención de Jimin, el bajito que no dudó en acercarse.

— ¿Pasó algo?

El castaño asintió, caminó hasta el comedor y se sentó en una de las sillas, y junto a él se sentó Park.

— Me despidieron, Jimin... — se abrazó a sí mismo— El jefe me despidió porque quería contratar a su amante y como si eso fuera poco, se acerca la mensualidad de la universidad y llevo una semana de atraso con el pago del alquiler.

No era la primera vez que lo despedían sólo porque sí, ya había perdido varios empleos en los que un buen cuerpo femenino lo reemplazaban. 

Jimin miró hacia el pasillo que dirigía al baño, volvió su mirada hasta el mayor y habló bajo:

— Hyung, ¿No has pensado en tener citas financiadas? — el mayor entrecerró sus ojos, posiblemente pensando un millón de barbaridades.

— Park Jimin, ¿Me estás ofreciendo como trabajo prostituirme?

— No, no... No es exactamente prostitución— volvió a mirar hacia el pasillo. No quería que Taehyung lo escuchara—, estuve averiguando y pagan demasiado dinero, sólo por tener citas.

— ¿En qué mundo vives, Jiminie? ¿En serio eres tan inocente como para creer que en esas dichosas citas no va a haber algún tipo que quiera acción?

— Es decisión propia, si no quieres hacerlo simplemente lo dejas. Sé que no es la mejor opción, pero las cuentas se acercan cada vez más... Necesitas el dinero rápido, hyung, yo también lo necesito y no me parece una mala idea. 

Seokjin cruzó sus brazos y desvió la mirada. 

Entendía el punto de Jimin, sabía que tenía razón y que en ése momento el dinero le urgía, pero tampoco quería arriesgarse de esa forma. ¿Qué pensaría su hijo de él? 

Se cuestionó los cientos de riesgos que podría tener, pero también pensó en lo rápido que saldría de sus problemas. De todos modos, podría detenerse cuando a él se le diera la gana.

Entonces asintió. Aceptó aquel trabajo temporal, sin imaginarse que entraría a la boca del lobo.

Written in the sky 🌸 NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora