"I share a legacy
With the sky
We both know how
To carry
Some unanswered
Prayers
And some unwashed
Tears"- Noor Unnahar~~~~~~
La brisa congeladora de Minnesota chocó contra el rostro pálido y demacrado de Rose. Era medio día y la estrella mayor se escondía detrás de las nubes grises que rebosaban en el cielo,escondiendo a su vez la calidez que brinda. Pequeños copitos blancos de nieve caían con tranquilidad, haciendo que Rose rodará los ojos con una evidente molestia.
Otro día rutinario, todo igual de aburrido, frío y deprimente. La ojiverde se dio la vuelta y entró a su casa.
—que no ibas a salir cariño?—escucho cuestionar la voz de su madre.
—no—simplemente contestó la joven encaminandose a su cuarto. Dejando a su madre con pensamientos preocupados ante su actitud.
Retumbraron las paredes de la casa cuando Rose cerró de un fuerte portazo. La impotencia y cólera se intercalaban corriendo por sus venas, decepcionada al extremo de su fracasada vida. Fue a su escritorio y saco una pequeña bolsita del primer cajón.
Al tenerla al frente de sus ojos nació una amplia sonrisa. Vació el polvo blanco encima del escritorio e hizo filas de lineas con una tarjeta de crédito. Tomó un pequeño sorbeto de papel e inhaló toda las filas. El efecto enajenante no tardó y se hizo presente por todo su cerebro. Eliminando cualquier dolencia mental que la ha torturado desde hacen tres años atrás.
Para aquel entonces su vida se avecinaba a lo perfecto. Rose era una chica de veintiún inviernos, con la excelencia emanando de sus poros. Estaba apunto de casarse con el amor de su vida. La persona que resolvía todos sus problemas e iluminaba sus cenderos. Elias Bonaire , un extranjero francés con hermosos orbes azulados. Se conocieron en una primavera del estado de Florida mientras estudiaban en la universidad; ambos en campos de arte y literatura. Desde entonces hicieron una conexión inrompible o eso pensaban ellos en aquel tiempo. A los tres años de noviazgo estuvieron listos para contraer matrimonio.
La boda se planeó con esmero e iba hacer un evento envidiado por todo el mundo.
Lamentablemente un camionero en estado de embriaguez arrasó con el auto donde se encontraban Rose y sus padres. El fatídico día se llevó consigo la vida de su padre. Convirtiendo esa ocasión especial en toda una tragedia y así marcando la vida de Rose.
Pasaron meses y se le hizo cuesta arriba a la ojiverde superar lo sucedido.Tejiversando los planes futuros, tejiversando su manera de ser y trayendo problemas innecesarios con Elias.
Su padre lo era todo para ella , su mejor amigo y fiel compañero de crimen, perderlo a él significó perder la mitad de su corazón.
El chico también se encontraba dólido por lo ocurrido, perdió a un gran suegro sin embargo deseaba superar aquello y retomar su vida junto a Rose. El francés intentaba revivir la luz interior de Rose mientras que ella se distanciaba cada vez más de él y su familia.
Así perdiendo su estable relación y salud. Ella decidió alejarse de todo aquello que le recordara a ese oscuro día. Llendose del tórrido Florida para vivir bajo el techo que la vio crecer en Minnesota.
Ahora intentaba conseguir un pequeño trabajo para ayudar a su madre con los gastos. Elias se mantenía en contacto con su suegra y de vez en cuando, la visitaba aunque Rose nunca se inmutara en dirigirle la palabra. Era moledor para el pelinegro ver como los pétalos aterciopelados de su rosa rojo pasión iban tornándose en un feo color marrón y desprendiéndose de su tallo para caer en un sombrío abismo.