Amor de Verano

Bienvenida!

—Bienvenidos a Miami— dice uno de esos letreros con el que a punto y chocábamos, no sé pero me da la sensación de que mi madre se está quedando ciega, últimamente choca con todo, pero bueno es mi mamá, y no tengo otra.

La verdad es un alivio que hayamos llegado, mi madre lleva todo el camino cantando canciones de hace más de dos décadas, y lo detesto, no solo a las canciones sino a mi mamá por el simple hecho de cantarlas, traigo audífonos pero nada las evade, creo que es una especie de maldición.

Mi mamá paró en una casa enorme, y no tengo ni la menor idea de por qué...
—¡Llegamos!— indica mi madre

Esto no puede ser la casa de él, pareciera que aquí vive un actor de cine y me queda claro que mi padre no es un actor.

Toco el timbre y sale por la puerta un hombre, que supongo que es mi padre, Will, recuerdo que se llama, a su izquierda está una hermosa joven de aproximadamente unos 25 años y al otro lado una señora como de la edad de él pero pequeña de estatura.
—Que bueno que llegas Savannah, vamos entra te estábamos esperando— exclama el hombre, me despido de mi mamá y entro.

La casa es muy bonita, alcanzó a ver qué no hay patio, atrás es una entrada a la playa, todos se sientan en la sala por lo que procedo a hacer lo mismo.
—No sé si me recuerdas, pero yo soy tu papá y estoy feliz de que te quedes conmigo— no sé porque pero no le veo la felicidad por ningún lado, esta muy serio, más que yo. La verdad es que si tan feliz está me hubiera buscado desde antes, no hasta apenas. -ella es Sara, mi hermana y obvio también es tu tía— señalando a la pequeña señora - Y pues claro, ella es Jennifer, mi esposa- dice mi padre volteando a ver la joven.

¡No puedo creer que mi papá se haya casado con ella, es demasiado joven! No sé qué responder, creo que si no hablo nadie hablará de nuevo, hay tanto silencio en la sala.

-Ven Sav, te mostrare tu habitación- entona Sara, o mi tía, como sea, da igual

Tras subir demasiados escalones, llegamos, entramos a un cuarto y... no, no puede ser .