Todo a mi alrededor era un desastre, y no hablaba solamente de mi casa, sino también de mi vida.
Tenía claro una cosa: Tener que actuar como adulto apesta.
Si bien siempre había sido un depresivo, estando solo todo se volvía el doble de mal de lo que antes había sido.
Me encontraba sentado como indio en mi cama, esta era un total caos al igual que el resto de la casa, las sábanas desparramadas por los costados, trastos sucios aquí y allá, ropa (también sucia),esparcida por la casa entera.
¿en qué momento había caído tan bajo?. Yo solía ser un chico ordenado,no extremadamente, pero jamás había visto tanto desorden junto y me asqueaba.
Yo no estaba mejor que mi "hogar".
Yo era un caos.
Yo era un fracaso.
Yo era un asco.
Mis uñas se paseaban desesperadas por mi antebrazo mientras mi respiración era descontrolada y ahogada, trataba de morder mis labios pero sentía que el único lugar por el cual llegaba aire a mis pulmones, era la boca. Cuando los rasguños no eran suficientes; golpes de mi puño derecho eran descargados contra el izquierdo,que era la víctima, mí víctima.
Cuando el dolor me alivió, me dejé caer boca abajo en mi cama y me dormí.
