Capítulo Único (Español)

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Seguí a las personas que se dirigían a un lugar en específico para ver qué estaba pasando

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Seguí a las personas que se dirigían a un lugar en específico para ver qué estaba pasando. ¿Qué demonios?

—¿Qué está pasando?—pregunté a una chica rubia que iba dando pasos rápidos y sonoros por los tacones de aguja que llevaba puestos.

—Parece que el pequeño Jiminnie está siendo humillado —contestó, tratando de contener la risa. Me molestó el tono en la que dijo su apodo. Sólo yo puedo llamarlo así— Otra vez.

—Mierda... —susurré para mis adentros y me dí prisa, rogando a cualquiera que escuchara mis plegarias no llegar demasiado tarde.

El bullicio se detenía en la entrada del aula de clases de inglés. Todos los presentes luchaban por ver la escena y obtener un poco de entretenimiento por un rato.

—Díganme, amigos —gritó una voz masculina dentro. Mi baja estatura me impedía ver de quién se trataba— ¿Quién va a querer a ésta estúpida bola de grasa?

La multitud estalló en una carcajada sincronizada. Algunos cubrían sus bocas.

Joder, no...

—¿Tu madre gritó cuando te dio a luz? Por que, hermano, eres gigante.

Más risas.

Tenía que llegar pronto. Tenía que detener todo esto.

—Tu manada de hipopótamos te está buscando, grandulón.

El público no paraba de reír, y mi camino hacia el lugar parecía no tener fin.

—¡Abran paso, joder! —les dije a unos chicos que me impedían el llegar.

De repente, la oscuridad de la multitud se esfumó para dar lugar a la luz de la escena.

Mi corazón se rompió al ver a Jimin en el suelo, cabizbajo, ocultando su rostro bajo su flequillo y detrás de sus gafas, las cuales estaban ligeramente empañadas debido a la humedad de sus lágrimas silenciosas.

Se acabó. Nadie le hará daño. No a mi mejor amigo.

—¡CONNOR! ¡TÚ, MALDITO PATÁN! —grité, sintiendo la adrenalina correr por mis venas.

Todas las risas cesaron. Incluso el rubio se giró, sorprendido, a mirarme. Pero sus ojos se serenaron al encontrar mi mirada.

—Cielos, miren quién ha llegado —dijo con una sonrisa cínica pintada en su rostro —Jiminnie, tu noviecito ha llegado a salvarte —se acuclilló frente a mi amigo y posó una mano sobre su hombro. Apreté mis puños.

—No lo toques —susurré, tratando de contener mi impulso de destrozarle esa fina nariz que tiene.

Connor se irguió, rebasando mi estatura considerablemente, pero no llegando a intimidarme.

—¿O qué? —rió mostrando sus dientes.

—O te golpearé —no era la amenaza más aterradora, pero sí que lo decía en serio.

Troubled Thoughts || Yoonmin ||Where stories live. Discover now