A veces empiezo a pensar y me pregunto varias cosas. Suelo preguntarme por qué cambio tan bruscamente de humor, por qué estoy bien y al segundo mal, por qué mis pensamientos me comen la cabeza en todo momento, por qué siempre lo hago todo mal, por qué me comporto tan mal con la gente o por qué no demuestro mis sentimientos. A veces hasta me pregunto la razón de mi existencia.
¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho mal para merecer esto? Para merecer esta oscuridad. Esta maldita oscuridad que no me deja pensar con claridad. Esta oscuridad que me prohíbe muchas cosas. Esta oscuridad que me ciega y me hace verlo todo color negro. Esta oscuridad que me lo deja todo borroso. ¿Qué he hecho para estar así? ¿Por qué soy tan tonta? ¿Por qué me creí sus mentiras? ¿Por qué dejé que me comieran la cabeza? ¿Por qué? Les dejé jugar conmigo, con mis pensamientos, con mi mente. Les dejé que me hicieran creer estos complejos que hoy en día tengo. Les dejé que me hicieran creer que yo era la peor persona del mundo. Que era una persona que no vale nada, un monstruo. Les dejé manipular mi mente como ellos querían. Les ayudé en todo lo que pude, sin esperar nada a cambio. Dejé que me cambiaran por miedo a no encajar. Incluso dejé que me hicieran daño por miedo a la soledad. No puedo soportar eso. No puedo soportar el hecho de estar sola, sin que nadie me escuche, sin que nadie me ayude... No puedo soportar ese sentimiento. Ese sentimiento de vacío, de tristeza. Ese sentimiento que me hace pensar que si estoy sola es por una razón. Por su razón. Por lo que día tras día decían. Por lo que día tras día demostraban. Por lo que día tras día me hacían creer. ¿Sabéis qué? Lo habéis conseguido. Me habéis hundido. Me habéis hundido en lo más profundo del océano. Donde ya no hay oxígeno y poco a poco me estoy ahogando. Me estoy ahogando y nadie hace nada para salvarme. Espero que se den cuenta de hasta donde estoy llegando, de hasta donde me estoy hundiendo, pero me temo que se darán cuenta cuando sea demasiado tarde. Cuando ya me haya ahogado.
