Handsome Doll » Larry Stylinson

Prólogo

La Cena de Familias Distinguidas de Inglaterra es un evento que organiza el gobierno cada año. Esa noche asisten todos los trabajadores de los palacios del país, gente sumamente importante para la seguridad nacional.

Gerard Tomlinson es un asistente del primer ministro británico, lo que lo vuelve inmediatamente primordial. Louis no entiende porqué su padre adora ese trabajo tan aburrido y formal.

Tampoco entiende porqué su madre pone una cara de desagrado al entrar a su habitación, hasta que ella habla. "¿Cuántas veces tengo que decirte que el rojo no es tu color?"

Porque obviamente ella cree que es una diseñadora de moda, y él sólo rueda los ojos mientras comienza a desabrochar los botones de su saco. "¿Qué se supone que debo vestir entonces?"

"Un smoking negro, claramente." Johana se acerca al armario de su hijo, tomando cuidadosamente la percha con dicho traje. "También una corbata azul, resaltará tus ojos."

¿Por qué Louis querría resaltar sus ojos? No es como si alguien le prestara atención en toda la noche. Tuvo suficientes cenas para saber que será invisible para el resto de los invitados y las únicas miradas que recibirá serán de disgusto o vergüenza. Louis es torpe y despistado, y de alguna forma siempre comete una estupidez. "Está bien, mamá."

"Apresúrate, cariño. Y arregla tu cabello decentemente, esta noche nos sentaremos con Ben Styles y su familia, no querrás causarle una mala impresión a su hija Gemma." Sara sale de la habitación con la cola de su vestido blanco con pequeñas flores rosas arrastrándose por el piso.

Los Styles... Louis analiza. Él no sabe quiénes son, de hecho, nunca puede recordar los nombres de ninguna de esas pretenciosas personas, pero no quiere impresionar a nadie. Resopla cuando se mete en su pantalón negro, harto del disparate al que está encadenado.

No tardan mucho en llegar ni ser recibidos por personas tan condenadamente hermosas y refinadas. Saludan a todos con un apretón de manos, su padre caminando delante de él, su madre y sus dos hermanas menores a través del gran salón luminoso y dorado. Se pierde entre la multitud de personas como una estrells muerta se pierde en el universo hasta que se encuentra sentado en una enorme mesa redonda con un florero, algunos adornos de oro y platos de porcelana.

Hay gente sentándose y saludando agraciadamente; una familia acercándose brillando por sí mismos y con toda su ropa delicada. Una mujer de rostro radiante los guía, algunas arrugas decorando los costados de sus ojos y una sonrisa de grandes dientes blancos. Su vestido es celeste con retoques en color jade, ajustado y largo. Una chica detrás de ella (Gemma Styles, puede adivinar) de cabellos rubios en un peinado recogido y formal les dedica una sonrisa ensayada, su rostro está bañado en maquillaje pero se ve bien y joven, su cuerpo delgado luciendo a la perfección un vestido negro y dorado que termina en sus rodillas. Ambas mujeres saludan cordialmente a todos los Tomlinson.

"¡Hola, Gerard Tomlinson!" una voz rasposa se oye detrás de las espaldas de Louis. "Tanto tiempo sin vernos."

"Ben, querido." Su padre sonríe con parsimonia y algo de adulación mientras todos se terminan de saludar y se sientan en sus respectivos lugares. Lame suelas, Louis quiere decir y abandonar el salón dramáticamente como en una comedia. Pero él simplemente no puede hacerlo cuando ve a la persona detrás del asiento del tal Ben, de repente todo se difumina.

Un joven muy alto mira fijamente a su padre. Lleva puesto un traje estrafalario repleto de rosas rojas que se ajusta a su cintura, es muy escéptico pero grita Gucci por todas partes. Rizos chocolates caen rebeldes sobre sus sus hombros anchos y firmes, casi tensos. Es bello, muy. Sus rasgos son tan definidos y pulidos como si estuviesen hechos de porcelana y parece que todo el mundo se detiene a observar el color de sus ojos (¿Ese tono de verde es siquiera legal?).

"Buenas noches, Sr. Tomlinson." Louis lo escucha saludar a su padre. Su voz es grave y un hoyuelo decora su mejilla. "Me llamo Edward Styles."

"Buenas noches, Edward." Mark estrecha sus manos y vuelve a hablar sin interés pero con amabilidad. "Realmente no sabía que Ben tenía un hijo, no recuerdo haber oído sobre ti."

"Dudo que él haya hablado de mí." Edward susurra para sí mismo y nadie le presta atención, pero Louis lo escucha e internamente intenta descifrar esa oración.