-Ya venga déjame en paz mamá- Le dije a mi madre, quitándole la mano de mi maleta, ella molesta me puso mala cara, y se fue de mi habitación.
Ya tenía diecinueve años, siempre desde que tenia memoria cerebral, quería llegar a esta edad.Mi sueño, siempre ha sido viajar a tokyo y sentir que soy independiente libre de mis padres. Al principio me asustaba la idea, porque estaba solo, el idioma lo podía manejar ya que estos cursos onlines te ayuda demasiado, pero no quitaba el hecho anterior.
Mis manos temblaban al cerrar la maleta, los nervios serían. Dentro de 7 horas y media me iba a Tokyo, y ahora tocaba el papel de hacerse el dormido, aunque claro, no iba a pegar ojo durante toda la noche.
Me tumbé en la cama me cubrí con las mantas, escapándome del frío.
Llamaron a la puerta, bufé y grité un sí.
-¿Jimin?- Era mi padre, sí, el que tiene gran fama entre las empresas - Solo te digo hijo... Que tengas cuidado con los homosexuales- Asentí, hasta el consejo ofendía. ¿Por qué me iba a juntar con esos?Ya claro, en mi futuro, también se me olvidó comentar que quería ser esposo de una gran mujer, aunque mi padre por los interiores también lo deseaba.
Él antes de que se fuera, me acarició el pelo, y yo sonreí, empecé a cerrar los ojos poco a poco hasta que caí en un profundo sueño.
-Joder, cerrad esas putas persianas- me envolví la cara con la almohada, y mi madre me miro mal, yo solo quería dormir un poco más, pero no pegué ojo en toda la noche.
-Jimin, no seas niño chico, pequeño mochi- Espera...¿Me dijo mochi? ofendido me levanté inmediatamente y me puse en frente de ella.
-Mamá, no soy un niño pequeño- Puse una mala caraElla solo rió y me dio un beso en la mejilla- Para mí siempre lo serás- Protesté en voz baja, mientras que iba bajando las escaleras. Encontré a mi padre sentado en el sillón viendo los deportes en la televisión.
-¡Jimin! ¿Lo tienes todo?- Mi madre gritándome desde el otro lado y yo solo la ignoré.Desayuné, me cambié de ropa después de darme un baño, todas esas cosas...
Y luego fui a por mis maletas.
-Jimin, ¿Llevas el cepillo de dientes?- Refunfuñé y asentí con la cabeza- ¿Y las mantitas?- Asentí otra vez avergonzado- ¿Y los...?- Le tapé la boca, sonreí y le dije que se tramquilizara.Dentro de unos largos minutos me encontré fuera de mi casa montándome en un taxi, llevándome hacia la estación de trenes.
Habían demasiadas personas, hablando de temas diferentes, haciendo cosas diferentes y una gran diversidad.
Fui a tomar un café, así que me fui a un starbucks, solo para seguir la moda.
-Perdone... ¿Tiene un capuchino?- La chica sonrió y afirmó con la cabeza, directamente fue a buscar uno y durante eso, ví a un chico que me llamó la atencion, era un poco más alto que yo y cuando notó que lo estaba mirando, me miró directamente a los ojos y yo solo los desvié a la chica, tapándome la boca para esconder mi pequeña felicidad- Perdone...
-¿Sí?- pregunté y ella ya tenía el capuchino en sus manos.
-Son... 12000 won- Busqué mi cartera, pero no la encontraba, se me puso la cara pálida. Empecé a buscar en los bolsillos pero ni rastro, ya mi respiración empezo a acelerar.El chico que tenía hace un minuto lejos, estaba al lado mía.
-Tome- Él solo pagó y yo lo miré con cara de "Oh dios no sé cómo podría agradecertelo" Me dispuse a decirle perdon por lo sucedido.El simplemente se fue, sin decir nada, solo yéndose del lugar. Me sentí realmente mal por haber sido ignoradas mis disculpas, miré la hora y ya era super tarde, fui corriendo al tren que me pertenecía.
-Perdone...¿Sabría poder usted decirme cuando sale El tren P-8?- Ella me señaló una dirección y yo corrí.
Casi cerraban las puertas, pero entré al final "satisfactoriamente" porque me dí cuenta luego que tenía atrapada la chaqueta en las puertas del tren. Armé una demasiada, todos los de segutidad intentándola sacar, creo que fue uno de los momentos mas vergonzosos de mi vida.Cuando ya me la sacaron, empecé a decir miles de gracias y abrazos a los guardias a lo cual se rieron. Me iba a sentar en el unico asiento vacío, pero me dí cuenta que estaba aquel chico de pelo negro. Sentí las miradas de los demás, no sé si fue por el hecho de antes, o porque me senté con el chico azabache.
-Me sentí ignorado-le dije serio, aunque él solo me miró, y se dirigió a mirar la pantalla de su celular.
-Eres un maleducado- Y seguía con lo suyo- ¿Tu madre no te enseñó a que tienes que responder a la gente cuando se te habla?- Ni me oyó- Oye quiero que se- me interrumpió de la mejor forma, metiéndome el gran boyo pot la boca, sí, una forma expléndida.-¿QUE HACES?- ya si que me había enfadado, pues bufé y el dí un golpe en el brazo.
-Como vi que no te callabas...- Me comí el boyo y él me miró con los ojos de sorprendido, y con la boca abierta.
-No creí que te cabiera tanto- Me sonrojé tanto que estuve a punto de golpearle la cara, pero no queria que mi primer dia fuera de casa fuera un gran caos.Me levanté y busqué otros asientos pero no había ni uno, me entristecí y con toda mi poca autoestina volví al asiento anterior. Él me volvió a mirar con una sonrisa pícara, y yo suspiré.
-Pensé que te habias ido- Se rió y yo le puse cara de enfadado, entrecerrando mis cejas y poniendo insconcientenente el morrito.Estuvimos un gran tiempo sin hablar hasta que quise romper el silencio.
-Solo quería decirte anteriormente, que gracias por haberme pagado sin conocernos y no sé como te lo podría agradecer- entrelace mis propios dedos con los de la otra mano, y lo miré a los ojos, él me miraba de abajo a arriba y más se quedaba mirando la parte de mis muslos. Yo solo me empezaba a incomodar.-Claro que lo puedes hacer- Se relamió los labios.