Trato hecho.

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Estábamos asustados, sólo podíamos ver como una gran nave aterrizaba frente a nosotros y como decenas de hombres armados bajaban corriendo y formandose para recibir a su lider.

—¡Que alguien llamé a Goku!
—Puar, no grites, no hay tiempo para eso, yo dare la cara esta vez—decia Yamcha tomando posición de batalla.

Mire al imponente ser que bajaba de aquella nave, un hombre de frente amplia y barba de candado. Llevaba una gran capa y varias medallas en su armadura.

—Soy el rey Vegeta, y este planeta me corresponde ahora—decia el hombre con voz grave.
—No lo creo...—y Yamcha se fue sobre el.
Aquel hombre apenas y movio el dedo cuando un rayo atravesó a Yamcha en el pecho.
—YAMCHA—chille aterrorizada.

El hombre nos miró y después vio el planeta a como sus ojos le dejaban.

—Este planeta necesita una limpieza de estos humanos, matenlos.

En cuanto dijo eso, senti un gran mareo. No podia permitirlo.

—Alto, por favor, no lo haga.
El hombre me miró y yo camine hacia ellos.

—Me llamo Bulma y le pido que no haga eso.
—¿Quien te crees tu?
—La mujer mas inteligente de este planeta —dije tratando de evitar que la voz me temblara.
—Y eso que...
—Le propongo que me lleve con ustedes, puedo construir grandes cosas para usted y a cambio deje este planeta y a su gente en paz.

Todos sus soldados rieron. No sabia lo que acaba de decir. Para mi cerebro fue lo mas sensato e inteligente pero mi corazón estaba oprimido.

—Te tiemblan las piernas mujer, tienes miedo.
Sostuve la mirada pero sentia los ojos a punto de derrochar llanto. ¿Donde estaba Goku?, ¿o Picoro?

—Trato hecho, sera divertido matarte en cuanto lleguemos a mi planeta y no logres comprobar tu inteligencia. Cuando te mate, regresaré.

Sentí como las piernas me flaqueaban pero fui hacia donde Yamcha y me agache para hablarle.

—Yamcha, por favor, dile a Goku que valla por mi, no quiero ir con ellos.
—Bulma, no...

Un soldado me agarro de mi blusa y me encamino a la nave.

—BULMAAAAAA—grito Yamcha mientras la nave cerraba su puerta.

—Señor, viéndola bien, no esta tan fea, incluso podría regalarla a uno de nosotros.
Me indigne cuando escuche eso y tuve que evitar que el llanto saliera de mi.

—Admito que tiene unos ojos muy llamativos pero es una terricola...una inservible terricola.

Y la nave comenzó a elevarse para salir de órbita.

Continuará...

Guerra Equivocada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora