Cuando brillan las estrellas

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Hace tiempo mi madre me decía que no hace falta ser muy joven para soñar ni muy grande para hacer nuestros sueños realidad. Mi nombre es Eleanor, soy como cualquier otra chica, con sueños e ilusiones, siempre he pensado que hay algo que nos distingue a una persona de otra, desde pequeña me dispuse a buscar eso que nos distinguía, lo busque bajo las rocas, en la cocina, en mi habitación incluso hasta en la bañera, pero nada me hacía ver qué era lo que nos distinguía hasta que un día lo logre saber. Lo que nos hace únicos y distintos a los demás, no es el pelo ni los ojos, ni la edad ni la estatura, es algo más profundo, algo que todos lo viven y lo tienen pero no se dan cuenta de ello, así que te contare que es esa cosa tan misteriosa que nos distingue y nos hace especiales,  yo sé que cuando te lo diga, si me pones atención y solo si lo observas veras que tú también lo tienes y que eso te hace tan especial como lo soy yo, tu, tu vecino, tu familia, la mía e incluso todas aquellas personas que te caen mal y te hacen pensar que ellas no son nada especiales solo porhacerte sentir mal o por el simple hecho de que no los toleres, ellos también son muy especiales como lo son todos, cada quien es único en este mundo pero pues basta de rodeos, te diré que es lo que nos hace especiales, así que ponme atención, aquello que nos hace especiales es nuestra propia historia de vida, eso es algo que nadie nos puede copiar, trataran de imitarnos pero sin embargo nunca serán iguales, todas las historias son diferentes, eso lo descubrí cuando era muy pequeña, mi historia comenzó siendo única como tiene que ser y pues aún no termina pero te puedo contar como aquel día me cambió y me hizo ver que nuestra propia historia de vida es lo que nos hace ser quien somos a cada uno de nosotros en este planeta.Todo empezó cuando mi padre enfermo y tuvo que ser trasladado al hospital,era una tarde tormentosa de otoñolos rayos y truenos sonaban una y otra vez sin parar, parecía como si el cielo fuera a caer y yo al ser muy pequeña tuve que ser llevada a casa de mi abuela, mi abuela era una abuela diferente a las demás, ella no era de esas abuelas que les encanta abrazar y llenarte de besos, cocinarte galletitas y servírtelas con leche, mi abuela era más dura en su forma de ser, pero aun así yo estaba segura que me amaba aunque me daba un poco de miedo quedarme con ella en su enorme casa, enorme para una pequeña persona como yo. Recuerdo que mi abuela llego a mi casa aquel tormentoso día;

-Sus padres no volverán hoy, así que dormirán en mi casa- nos dijo ese día con un tono no muy encantador,la abuela comenzó a tomar  un poco de nuestra ropa y a guardarla en una maleta de color morado que se encontraba arriba de nuestro armario blanco.

-pero yo quiero a mi mamá- le dije casi llorando desde el banco donde estaba sentada.

-¡Eleanor!, nada de llorar, sabes que a mí no me gusta que los niños lloren y hagan ruido- me dijo algo molesta, alzando un poco su tono de voz.

-Lo lamento abuela, no volverá a pasar- dije tratando de consolarme, secándome algunas lagrimas que rodaban por mis mejillas en ese momento.

Mi abuela no era muy paciente con los niños y es que ella trabajaba mucho junto con la familia en un restaurante que había sido heredado por  varias generaciones atrás, todos los días tenían que estar paradas cocinando y atendiendo a la gente que llegaban a consumir y en la noche tan solo querían descansar.

Llegando a su enorme y fúnebre casa, la cual por dentro tenía dos grandes jardines llenos de flores y alguno que otro lujo,recuerdo que mi abuela nos dirigió a cada quien en un cuarto donde pasaríamos la obscura noche deotoño, primero dejó a mis hermanas mayores juntas en un cuarto, el cual estaba pintado de azul y tan solo habían dos camas, una televisión y un armario, era el cuarto más aburrido del planeta, tan aburrido como su enorme y fría casa que a simple vista parecía como si existieran fantasmas y un poco más que eso ahí adentro y por ultimo me ubico a mí, recuerdo sentir el temor que recorría desde mi cabeza hasta la punta de mis pies, mi abuela me vio y me dijo que dormiría con ella, y ese no era problema ya que mis abuelos hacia mucho que se habían separado y  mi abuela dormía sola.

Después de ubicarnos nos dijo que bajáramos a cenar,tomamos leche tibia acompañado con un suave pan dulce que despedía un suave aroma a canela por toda la casa, después nos lavamos los dientes con aquella pasta blanca sabor a menta y acto seguido tuvimosque ir a dormir ya que a la mañana siguiente tendríamos que ir a la escuela.Esa noche recuerdo que no podía dormir a causa de los fuertes truenos que retumbaban en los ventanales que dirigían hacia una vista al jardín, mi abuela al ver mi cara de temor y preocupación, encendió la pequeña lámpara que se encontraba junto a la cama y me dijo que me contaría una historia para que pudiera descansar.

Hasta ahora nunca he escuchado otra historia como la de aquel día, como aquella que me conto mi abuela, es una historia que solo ha sido escuchada en mi familia y creo que es tiempo de que más personas tengan el privilegio de escucharla, leerla e imaginarla. Así que por eso decidí escribirla, para que más personas vean que soñar es posible si así lo desean, así que para oreja, y abre tu mente, porque esta historia yo sé que cambiara tu mente, alma y corazón.

Cuando brillan las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora