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André:

Era un día como cualquier otro, los rayos de sol colándose por las cortinas de mi ventana me habían forzado a abrir los ojos está mañana, 17 minutos antes de que sonará mi alarma.
Me puse de pie estirándome para, según yo, alejar la pereza,
enseguida desactive la alarma para no presenciar ese horrible y frustrante escándalo.
Después de eso seguí con mi rutina diaria... Ya saben, lo de siempre:

Tomar algún licuado,
Hacer ejercicio,
Bañarme,
Afeitarme,
Arreglarme de manera presentable,
Hacerme el almuerzo,
Lavarme los dientes
y Tarea.

Rutina la cual siempre trato de seguir estrictamente todos los días desde que soy casi independiente, el banco me deposita en mí cuenta mensualmente para vivir de la mejor manera posible gracias a un testamento que así lo ordena.

Ya tomando mi portafolio y una talega, que había sido hecha por mi madre hace años, me dirigí a la puerta y al momento de tocar la manija el timbre sonó, Inmediatamente abrí la puerta sabiendo ya quien era, Nanna, la mujer que ha venido a comprobar mi salud y estado de ánimos todos estos años, me había cuidado durante mi infancia dando fruto a un cariño incomparable siendo entre una empleada doméstica y mandatario que persistió durante años aún conservando el apego entre nosotros.

-Nanna, buen día.- Saludé cortésmente junto con una sonrisa como de costumbre.

-Joven.. cariño, buen día, ¿Cómo amaneció?- Responde regresando el gesto.

-Como siempre, todo en orden, ¿Y tú?-

Salí de la casa para cerrar la puerta con doble llave.

-Muy bien joven Rosenthal, mire lo que le traje.- enseguida de que me gire a ella me mostró un canasto lleno de frutillas las cuales gozo desde siempre.

-Frutillas de nuevo, gracias Nanna, no sabes cómo te lo agradezco- Recibí una cálida sonrisa de su parte como respuesta.

Tomé el canasto y baje del porche para colocarla en la mesita de té que se encontraba en el jardín para más tarde.
Nanna me había seguido hasta la reja, pues siempre venía de paso antes de ir a su actual trabajo en la norcería.

-¿Te llevó a tu destino, Nanna?- Ofrecí mientras sacaba las llaves del sencillo automóvil que usaba como transporte.

-No, gracias por su atención joven pero no es necesario, voy con mucho tiempo de anticipación y no me caería mal una caminata al aire libre, sería un desperdicio no aprovechar este bello día.-

Tenía razón, hoy el cielo lucía un radiante azul celeste acompañado de nubes blancas parecidas a un algodón de azúcar que proporcionaba sombras suficiente en algunos lugares y el sol brillaba presumiendo sus destellos de luz sin llegar a agobiar ni aportar calor de más, un ambiente simplemente perfecto.

-Muy bien, entonces me despido-. Extendí los brazos para ofrecerle un abrazo la cual enseguida correspondió, para finalizar le aporte un beso en la mejilla.
-Me retiro Nanna, que tengas un buen día y cuídate mucho.
Pedí abriendo el auto para adentrarme a el.

-Igualmente joven, usted también cuídese.-

Sin más encendí el auto y conducí hasta la universidad.










Si, lo se... Nada interesante al parecer pero se me hace necesario para que tomen cuenta el estilo de vida de uno de los personajes principales, ya se que vienen en búsqueda de romance, de drama, de acción y quizá de lemon xD
Pero paciencia...
Quiero que esto sea de a pasito a pasito para cuando llegue la hora del amors, sea más emocionante y chido xD al menos para mi.

Espero que les guste, sin más, ya no les quito el tiempo, gracias por leer :3

Hasta donde el amor llegue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora