Los adultos creen que las emociones de los niños y los adolescentes no son tan intensas como las suyas. Ellos creen que no sabemos nada. Creen que lo problemas reales solo llegan cuando somos grandes. Pero lo que no saben es que nosotros tenemos problemas grandes aun siendo pequeños. Y sentimientos puros y fuertes. Ellos creen que no nos podemos enamorar. Siempre estamos "confundidos".
Lo cierto es que, a mis catorce años de edad, viví muchísimas cosas. Y estoy segura de que los adultos están equivocados.Mi vida es casi normal. Y diré casi normal porque la normalidad no me gusta. Cuando tenía diez años comencé a sentir cosas fuertísimas hacia una de mis mejores amigas. Ahí fue que me di cuenta de que... sí, no era heterosexual. ¿Lesbiana? No me gustan las etiquetas ni cerrarme a otras opciones. Pero tirando para ese lado.
Mi amiga, Sara, me tenía loca. Pasaron dos años. Dos años sintiendo cosas hacia esa chica. La superé (y eso que creí que era imposible).
Después, mi vida era tranquila. Había logrado lo imposible, ¡olvidarme de ella! Cuando me tocaba, ya no sentí lo mismo. Era increíble.
Logré contarles a ella y a mis demás amigas que me gustaban más las chicas que los chicos. Y contarle a Sara que en un pasado me había gustado. Todo era perfecto hasta que...
Me volví a enamorar.
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Obsesión
Teen Fictionobsesión. nombre femenino 1. Estado de la persona que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella. 2. Idea, palabra o imagen que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y c...