Happy New Year ♤ KookMin O.S

Parte única

Frustrado y muy molesto, así se sentía el hermoso rubio que terminaba uno de los tantos reportes que le había dejado su jefe.

Eran días festivos, ¡los últimos días del año! Él ya había planeado como pasaría por lo menos la semana de vacaciones que le correspondía.

¡Pero no fue así!, al idiota de su jefe se le ocurrió la gran idea de no darle descanso.

Todo porque según él, tenían demasiado trabajo y el rubio era el más eficiente.

¡Le dio vacaciones a todos menos a él!.

Le dijo que le pagaría el triple por cada día, pero el punto era que ¡él no quería más dinero!, él quería descansar y sacar todo el estrés que tenía gracias a un jefe como el que tenía.

《Estupido y sensual Jeon Jung Kook.》

Y es que no era para menos, pues su apuesto jefe no dejaba de molestarlo siempre:

“JiMin, este reporte está mal”, “necesito este escrito listo dentro de media hora”, “necesito que hagas una presentación para los inversionistas”, “tráeme un café, ya sabes cómo me gustan”.

“Ni siquiera era su maldito secretario! Y ¡no todo lo que le pedía estaba dentro de lo que le correspondía!

Sumándole que al parecer a su jefe le gustaba humillarlo en público, debido a que todos los errores que cometía, los cuales eran mínimos y casi nulos, siempre lo reprendía enfrente de sus compañeros de trabajo, diciéndolo como si fuera la mayor atrocidad del mundo.

Y ahora aparte de todo tenía que aguantar a su jefe toda la semana, cuando todos los demás estaban si disfrutando de sus vacaciones.

¡Qué indignación!.

Lamentablemente necesitaba el trabajo y no se podía dar el lujo de desobedecerlo.

Pero vamos, ¡era 31 de diciembre a las 11:00 pm!, y el desconsiderado de su jefe no le daba tarjeta blanca para que se pudiera retirar si quiera a descansar.

Debía de admitir que era bastante apuesto y esa palabra se le quedaba corta.

Aquel hombre era el más atractivo que había visto en toda su jodida vida, parecía esculpido por los mismísimos dioses y aquellos trajes oscuros se moldeaban tan bien a su cuerpo y qué decir cuando se quitaba el saco y se quedaba con la camisa blanca doblándola hasta tres cuartos mostrando un poco de sus trabajados brazos.

Se veía condenadamente sexy cuando se concentraba tanto y fruncía un poco su entrecejo.

Desde que entró a trabajar en en aquella empresa y miro por primera vez a aquel hombre todo en el reaccionó, quería ser acariciado por aquellas grandes manos y besar aquellos labios finos, sin embargo su jefe jamás mostró ningún interés en él y en cierta forma él lo sabía que eso pasaría.

Él sólo era un empleado más de aquella empresa, un asalariado y Jeon era el dueño no sólo de esa, sino de otras empresas también.

Después de un tiempo se resignó y aún más después de los tratos de Jeon, y aunque siempre quería exigirle que dejara de ser tan grosero, que él no estaba dispuesto a ser tratado así jamás lo había conseguido, por alguna extraña razón se sentía iniciado con su presencia y sólo bastaba con que lo mirara a los ojos para que sus piernas se sintieran como gelatina, ¡pero eso no quita a que fuera un maldito!.

Sus ojos se sentían cansados al estar al frente del ordenador por tanto tiempo, su cuello y hombros dolía por tanto estrés acumulado, la tensión en su cuerpo era demasiada.

En ese momento Jeon solicitó su presencia en su gran oficina y rogó porque le informara que ya se podía retirar.

Se levantó de su lugar y a paso rápido fue hasta la oficina de su jefe tocando la puerta pidiendo permiso para entrar.