Toda su vida había sido entrenado para un propósito: cuidar y proteger a toda costa la vida de su humano. Miles de años esperando para estar listo, para que el otro naciera.
Desde siempre él estuvo ahí. Mirando y asegurándose que todo estuviera bien. Pero no era tan fácil. Porque cada vez que veía la sonrisa del mortal sus alas cosquillaban en su espalda por querer salir, pero no podía, claro que no. Así que simplemente mantenía su forma humana y se conformaba con que el otro lo viera como un amigo, como su mejor amigo.
- ¿Sucede algo, Minseok?
Y el Ángel guardián sale de su pequeña burbuja y mira al humano, al que debe cuidar ante todo, a su mejor amigo, a Jongdae.
-Es sólo el cansancio, ya sabes, de tanto estudiar.
-Pero si tú nunca estudias- Y ríe, y Minseok sabe que aunque él no sea un ángel sí que lo parece. Porque sus ojos que se cierran en medias lunas son simplemente celestiales.
Pero no puede hacer nada más que contemplarlo desde lejos, un amor que siempre guardará en su corazón. Un amor imposible, porque él ya tiene miles de años y en algún momento cuando su misión en la tierra finalice tendrá que volver a casa. Aún así por las noches vuela fuera de la casa del otro y mira por la ventana y susurra cosas que sabe que el viento llevará a Jongdae, y es solo con eso con lo que se tiene que conformar.
-Siempre he sentido algo distinto en ti.
Dice un día Jongdae. Su cabeza está recostada en las piernas del ángel mientras éste le acaricia los cabellos, y se convence que es normal, totalmente.
-¿Distinto en qué?
Minseok sabe que no debería seguir el tema, pero la curiosidad lo carcome por dentro y sus alas siempre ahí, listas para salir.
-Tienes un aura distinta a los demás, casi angelical. Debe ser por eso que muchas chicas andan detrás de ti - Murmura mirándolo serio, y en voz baja, casi en un susurro añade- Es como si brillaras.
El mayor no responde, simplemente lo observa, tan hermoso. Acaricia su mejilla, despacio, siente que Jongdae tiembla bajo su toque, ¿Por qué tiene que ser un mortal? se pregunta, si no fuera así podría besarlo, quizá, también pueda ahora. Pero no lo hace y sigue acariciando, y siente las puntas de sus dedos quemar, vibran por querer más. Nunca era suficiente.
-¿Minseokkie?
Y tiembla.
Se tiene que controlar o podría volver a su forma natural.
-¿Si?
-¿Te podría besar?
Los ojos de Jongdae queman los suyos cuando sus miradas se encuentran. Lo miran con tanta esperanza, con tanto amor. Lo conoce de toda su vida y lo ama desde antes de ésta.
Y es por eso que no se puede negar. Ha esperado tantos años por ese momento.
Asiente, despacio pero con seguridad. Y sus labios se unen. Todo dentro de él pareciera florecer, como la primera vez que pisó el Edén. Se siente tan afortunado de que le tocara Jongdae.
El beso es tan inocente. Como ellos.
Y es que siempre lo ha amado.
Siempre.
Y es por eso que no se detiene y sigue besandolo.
Esa noche Minseok llega volando a la casa de Jongdae, a la misma hora que siempre, pero éste no está durmiendo sino que se encuentra en el balcón mirando la ciudad. A la distancia Minseok lo mira con cuidado de que el otro no lo vea, se mantiene ahí con sus alas blancas extendidas y éstas tiemblan al igual que su corazón, su mano se extiende tratando de alcanzar al otro. Tan hermoso con su cabello oscuro y su tez casi trigeña por el sol, con su sonrisa sincera y sus ojos pacíficos. Tan lleno de imperfecciones que le encanta.
Sus labios se abren, solo un poco, y susurra haciendo que el viento le lleve las palabras.
-Siempre te cuidaré.
-¿Minseok, eres tú?- Sus ojos buscan en la oscuridad de la noche sin encontrar nada- Me debo estar volviendo loco.
Pero Minseok ya no puede aguantar más estar escondido, no quiere cuidarlo desde el aire, quiere que el otro sepa todo sobre él. Todo. Por eso vuela despacio hacia Jongdae. Un vuelo suave.
-¿Qué...?
-Jongdae, soy tu ángel guardián.
Son minutos donde Jongdae lo mira asombrado. Mira las alas que salen de su espalda, mira la luz que emana y de alguna manera siempre lo supo. Todo dentro de él se siente cálido con Minseok, sabe que alguien como él no podía ser simplemente un humano.
-Siempre te he escuchado. Todas las noches, la misma frase. Pensé que estaba loco.
La risa de Minseok pareciera retumbar en la oscuridad y un suave cosquilleo se forma en el pecho de Jongdae.
Las manos de Jongdae se mueven solas al tocar las alas del otro, tan suaves, como él. Y las besa, por todos lados, también besa los labios del ángel.
-¿Esto está bien?- Pregunta Jongdae.
-¿Cómo podría estar mal?- Responde el ángel, con una sonrisa - Te he amado desde que nací, hace una eternidad.
-También te he amado por lo que se ha sentido una eternidad.
Minseok lo protege, siempre lo hará, hasta el final de los días. Y lo va a amar hasta que el paraíso deje de existir. Hasta siempre.
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angel - xiuchen/chenmin
Short StoryLo miró desde la altura y sus alas se sintieron débiles y sus labios se abrieron para susurrar palabras que fueron llevadas por el viento directo hacia el otro. -Siempre te cuidaré. ☆ Una noche escuchando angel de exo salió esto, espero que les gu...