Mi tutora favorita ~VHope Fem.~

Cap. 5

Hobi pov.:

El timbre sonó, avisando el fin de clases. Todos los chicos en el aula se levantaron ya con sus cosas listas. Me tenía que ir con Jimin para nuestras clases de baile. Me di vuelta para buscarla, pero no se encontraba allí. Fui al baño para ver si se encontraba allí, entré y parecía no haber nadie. Comencé a lavar mis manos y se escucharon unos chasquidos a los cuales no les tomé mucha importancia, pero me sorprendí al escuchar ese nombre en forma de... gemido.

-Yo-Yoonji...- cubrí mi boca con la palma de mi mano. La curiosidad se apoderó de mí y me quedé escondida en uno de los baños con la puerta semi-abierta. Después de unos segundos la peli-blanca salió, iba a salir a buscarla pero mis ojos se abrieron como platos al ver a la rubia saliendo del mismo lugar con una sonrisa. Salí del cubículo rápidamente por lo cual la niña de mejillas regordetas levantó la vista y se sobresaltó al verme.

-Unnie, justo te iba a buscar- me sonrió mostrando sus dientes.

-No hacía falta, estabas ocupada con YoonJi, ¿verdad?- estaba algo molesta, es decir.. SOY SU MEJOR AMIGA! Deberían haberme dicho!!!

Jimin levantó su mirada rápidamente -N-nos... viste?- preguntó volviéndose un tomate en persona.

-No, pero escuché el "YoonJi~" tuyo- inmité su voz, ya que era notablemente más fina que la mía.

-Bueno... por favor.. no digas nada. Dijimos que lo íbamos a mantener en secreto todo- pidió juntando sus manos en forma de súplica.

-Ya, vamos a llegar tarde y todavía tenemos que cambiarnos- la agarré de su mano regordeta y salimos del baño.

Como usualmente hacíamos, salíamos del colegio para ir a la casa de los Park, allí yo dejaba ropa para estos días. Una vez llegamos, saludé a la señora Sun, la madre de la bajita, y subimos a la habitación.

Agarré mi short deportivo y un top blanco, me dirigí al baño ya que Jimin se cambiaría en su habitación, comencé a vestirme sacándome mi falda y sweater para luego doblarla y poder meterla en mi mochila. Una vez ya cambiada, salí del baño y vi a mi amiga ya lista. Comencé a reirme al notar un chupón en la parte lateral de su cuello.

-Jiminnie, YoonJi te dejó un regalo- dije apuntando su cuello, ella sin entender fue a de espejo y chilló al ver la marca morada.

-Hobi unnie! Cómo hago para ocultarlo?!?!?- preguntó exaltada.

Puse cara pensativa y agarré mi bolso de maquillaje de mi mochila.

~Siempre sirve tener un poco de maquillaje por todos lados~ reí ante mi pensamiento y me encaminé a la sonrojada chica. Sin decir nada apliqué un poco de base y polvo en la zona.

-Ya estás lista... Para la próxima tengan más cuidado-

-Lo siento... y gracias, por no decir nada- me dio una sonrisa.

-No hay de qué peque! Ya vámonos- agarré su muñeca y bajamos las escaleras. Jimin saludó a su madre seguida de mí y nos fuimos al salón donde siempre teníamos nuestras clases.

Íbamos hablando de un poco de todo, hasta que se me ocurrió preguntar:

-Minnie~, qué se traen con Yoon?- la pequeña se volvió un tomatito.

~Es muy tierna~

-YoonJi.. Ella dijo que yo le gustaba, pero yo no sé lo que siento, sus besos son tan... hermosos! Me hacen sentir cosquillitas por mi pancita- dijo mientras se tocaba su estómago.- ¿y tú?~ qué tal vas con Wonho?-

Me sonrojé al escuchar el nombre del chico. Oh... Cierto, Wonho! Shin Hoseok... Sí, es algo raro que nuestros nombres sean casi iguales. Él es el capitán del equipo masculino en baile. En una competencia tuve que bailar junto a él, desde ese día somos amigos cercanos o bueno... novios.

-El fin de semana pasado fuimos a tomar un helado por nuestro aniversario de seis meses y después fuimos a la playa- sonreí embobada. -Pero... siento que algo cambió. No es lo mismo, desde aquél viaje que hizo lo siento más raro y distante- me encogí de hombros.

No hablamos más del tema ya que llegamos al salón. Calentamos y practicamos para la competencia que pronto se llevaría a cabo.

Terminamos luego de dos horas, me despedí de todos, a la salida vi el auto de mi madre esperándome, entré a éste, saludé a mi madre y fuimos directo a la casa. Ya allí, cené y me duché para poder vestirme con mi pijama. Revisé mi teléfono, contesté algunos mensajes junto algunas redes sociales y cuando me di cuenta, el día había finalizado.

Me acomodé a lo largo de mi cama tapándome con las sábanas de la misma, comencé a cerrar los ojos y sin darme cuenta me dormí.