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Entré por la puerta principal y nada parecía estar en desorden, excepto por el silencio que no siempre se encontraba aquí pero últimamente sí porque el jefe falleció hace unos días.

-¿llegó el nuevo titular?- pregunté cabizbajo con algo de vergüenza, seguramente ni el maquillaje tapa mis ojeras y el leve hinchazon en mis ojos por haber llorado a mi difunto gran amigo Kuan.

-sí señorita.

Todos aquí me respetan y sé que solo es por conveniencia, interés. Qué más da?, yo tambien lo haría si ocupara un cargo inferior al mío.

-¿Alguna novedad?.

-el jefe a dicho que quiere hablar con su inferior más cercano... O sea, usted señorita. Solicitó que su Director de operaciones vaya ni bien llegase, le sugiero que se adelante lo antes posible. Ah y su nombre es Lai Kuan soo.

...

Me dirigí hacia la oficina donde se supone que se encontraría el nuevo hombre al mando, a quien aún no conozco.

Cuando me hallé con él entablamos una charla, en la que se dirigió hacia mí hablando tranquilamente en todo momento. La primera impresión da a conocer que el hombre es sociable y nada descortés.

Me caía bien hasta que llegó al tema de mi puesto de trabajo... Me encontraba perpleja, no lo esperaba.

-¿me van a sustituir?- dije al borde del llanto.

No es que sea así de escandalosa siempre pero estuve susceptible estos días, sentimiento que mantengo... Yo sé que si me estuviera pasando ésto en otra ocasión reaccionaría arrogante.

-exactamente. Oh, pero no te asustes niña... No perderás tu trabajo- alma, vuelve aquí -mira, te explico. Yo ya estoy viejo y aún así tengo que encargarme de ésta empresa- asentí.

El señor Kuan soo se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro.

-Es algo así como una herencia... Mi hermano mayor no tenía hijos, por lo tanto se me cedió el mando. Nuestra familia fue pequeña siempre y ahora soy el único hombre en ella además de mi único hijo, que todavía es muy joven pero podría hacer este trabajo el dia de mañana, cosa que me encantaría- ya entendí por donde va esto -y bueno, si quiero esto para él debo comenzar a entrenarlo. Tomé ésta desición porque no quiero que dependa de nadie, mi mujer es muy dura con él desde el momento en que murió su madre... ahora prefiero que Kuan Lin ocupe su tiempo en algo y esté lejos de mi esposa, no me gusta verlo triste- quise decirle que entonces deje a su mujer, pero lo reprimí -Primero pensé en asignarle el puesto más importante "CEO", luego tomé en cuenta que el niño no tiene experiencia y decidí ascender a CEO a mi Director de operaciones, tú, y colocar a mi hijo en tu anterior puesto. Serás su único superior aparte de mí, tenle paciencia, KuanLin es algo... Bueno, ya lo conocerás- miró mi expresión de confusión y carcajeó.

Mi espíritu sentía una pizca de gozo al saber que me ascendían aunque eso implicara más tiempo y prioridad a mi trabajo.

En ese instante empecé a escuchar personas discutiendo cada vez más cerca, al parecer mi jefe también porque giramos hacia la puerta casi al mismo tiempo.

"No me toques" fue lo último que oí y la puerta se abrió sin prudencia dejando ver a un joven alto, vestido con un traje negro y cabello de igual color en contraste con su tez pálida... Quien estaba forcejeando con Bae Jinyoung (seguridad de la empresa). Comenzó a provocarme enojo su atrevimiento.

-¡Lai, no puedes comportarte así!, Si yo no te conocía iban a lastimarte mis sunbaes- el chico desconocido para mí miró a Bae con una cara detestable.

-ya te dije que lo lamento, no me aturdas más- cuando noté que se acercó con agresividad a Jin me levanté conducida por la íra y lo alejé de un empujón.

-oiga, tenga más respeto- repliqué apuntandolo.

El joven maleducado me miró de arriba abajo y luego barrió la mirada de mí con empatía.

-Padre- hizo una reverencia.

"Padre" se oía en ecos dentro de mi mente, el famoso Kuanlin.

-no cambiarás nunca. Lo lamento Jin.

-no es nada Tio- contestó Bae -Jaetak- hizo una reverencia hacia mí y se marchó.

-preséntate, mocoso.

-papá- bufó y éste lo miró mal -Lai Kuan Lin, un gusto- Mi jefe carraspeo la garganta y el chico suspiró- lamento mi atrevimiento.

-Min Jae Tak, Nos estamos viendo. Adiós señor, adiós- no lo miré.

...

Pasaron dos horas en las que me encerré en mi oficina a planificar cosas.

Tocaron la puerta y sé que es el joven, el señor Kuan soo me dijo que trabajaríamos en el proyecto reciente. Es nuestro primer trabajo juntos.

-adelante- al entrar vino directamente y se sentó frente a mí largando una planilla en el escritorio -bueno, éste es un emprendimiento que veníamos planificando hace tiempo. Ya que ahora estoy al mando pasaré a explicar brevemente... lo planteado es la venta de paneles solares para la mejora del ecosistema, es mucho más económico y saludable que la electricidad artificial. Ahora digame sus ideas- pasaron unos segundos y levanté la mirada de las hojas al no recibír respuesta. Al mirarlo aprecié su cara de cero importancia y me acordé de su ausencia de cortesía -diga sus ideas.

-no sé que esperas escuchar.

-no se lo explicaré, es su trabajo y debe entenderlo solo- tomé un lápiz y garabatee cosas sin acotar nada, pues si él aportaba poco empeño yo mucho menos.

-debes explicarme- es un inmaduro.

-no lo haré y las cosas no se piden de esa manera- pero yo lo soy peor.

-oye- su voz era firme y cansada.

Se levantó y posó las manos sobre el escritorio inclinándose hacia mí -sé que no empezamos de la mejor manera, pero no seas tan dura conmigo- ahora que lo miro de cerca tiene grandes ojeras.

-oh... KuanLin, ¿que le sucede?- me precipité a sostenerlo y luego de lograr mi propósito, lo senté medio desvanecido en el pequeño sofá de mi recinto -llamaré a alguien.

-estoy bien, solo quédate quieta. No me alteres- cielos, su cara tan seria no se quitaba.

-bien, mire Kuanlin... se ve mal, ¿no quiere salir a tomar aire?- quizás se pone así cuando alguien lo trata de mala manera como hice yo -disculpeme por ser tan arrogante y grosera.

Lo ayudé a levantarse y salimos de allí.

...

Al final se compuso cuando le compré comida y lo obligué a comer, terminamos en una feria cerca de la empresa y me divertí bastante... Pensé que era un idiota y resultó serlo pero también inteligente, así que no fue mucho problema. Cuando le expliqué lo del trabajo lo entendió a la perfección y lanzó ideas muy creativas, como si su mente fuera nueva y joven, como la de un niño.

"Ilegal" - Lai Kuanlin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora