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El proyecto que se me había hecho eterno cuando lo comencé, se había dado de maravilla en un corto tiempo gracias a él, ya habían pasado unas tres semanas y la empresa estaba en su mejor momento.

Lai me había invitado a cenar a su departamento nuevo ya que hace unos días se había mudado. No suelo ser estética, odio los estereotipos y soy feliz sintiéndome cómoda... Un pantalón y una campera de jeans por el frío.

Últimamente pasábamos juntos mucho tiempo y varias veces me robó besos. Hace poco me había querido hablar del tema y cuando mencionó el que le gusto mucho llegó su padre a interrumpirnos.

Sé que es muy pronto pero él también me gusta mucho. Siento que lo conozco por completo aunque no hablamos mucho de nuestra vida personal.

...

Aquélla noche cenamos y me quedé en su departamento a dormir. Fué bonito estar toda la noche abrazada a su cálido torzo.

Al día siguiente lo invité a caminar por el rio Han. Comimos un helado y estuvimos ahí mucho tiempo, luego me llevó a mi casa y se marchó.

...

Apróximadamente los 30 días consiguientes estuvimos tiempo juntos que cada vez se hacía más extendido que antes.
Estábamos oficialmente de novios y aveces lo llevaba a casa a comer con mamá, quien sabía que salíamos.

Había escuchado eso de que cuando dos personas están mucho tiempo juntas se empiezan a cansar una de la otra.

-¿Quieres un té Jaetak?- siempre tan serio.

-si me lo dices así parece que estoy obligándote- sonrió y besó mi mejilla abrazándome.

-lo siento, ya vuelvo- se apartó y se levantó del sofá.

La verdad que yo cada vez me quiero despegar menos de él, así que no siento verídica esa frase de que uno se cansa del otro por pasar más tiempo juntos.

...

-Jaetak, ¿no te molesta que no le digamos a nadie de lo nuestro, verdad?- lo miré mientras metía un copo de maiz a mi boca. ¿porque tan repentino?.

-no, ¿por qué?- su cara se tensó y yo apoyé la taza de té en la pequeña mesa ratona.

-solo tengo miedo de que algún día quieras acabar esto de la nada por creer que no te quiero, ya que aún no deseo decirle a los demás de lo nuestro.

-esto no es una película Lai. No debes preocuparte por eso- seguía centrado en sus pensamientos, serio -te quiero demasiado.

-No seguirás queriéndome pase lo que pase- su frase tan seca y cínica me extrañó -solo lo sé.

Al no conseguir que me mirara solté también el tupper con lo que estaba comiendo y me senté en su regazo con las piernas en sus costados, frente a frente.

-sí que voy a quererte- levanté su mentón -hasta cuando dejes de tener rostro de Príncipe- le di un cálido beso en los labios y cerró sus ojos -Kuanlin- me miró -me gustas tanto- largue en un susurro muy bajo suspirando, que hermoso era -Nunca quise a un chico tanto como te quiero a ti, ¿porque eres tan perfecto?.

-no lo soy.

-para mí sí, lo perfecto es algo que tiene todas las cualidades que se desean- lo besé otra vez -y tú tienes todas las que yo quiero.

En esa noche quedó la primera vez que hicimos el amor.

...

Pasaron algunos días desde ese suceso y me encontraba en mi día de franco, desayunando tranquila en la mesada de la cocina.

-mamá, ¿Que comida hoy?- ella preparaba un café a mi costado.

-no lo sé, debes acompañarme a comprar. ¿Te cambiarás o irás así de...?, ya sabes.

-iré así porque...- callé al escuchar que tocaron la puerta reiteradas veces.

-¿esperas a alguien hija?- negué.

-descuida, yo iré a ver- me levanté y me dirigí a la entrada.

-ten cuidado- gritó mamá, siempre lo hacía.

-Hola, ¿sí?- una mujer alta y seria estaba parada tras mi puerta.

-¡así que eres tú la maldita!.

-¿de que habla señora?.

-¿no sabes quién soy?- ví a Lai a lo lejos caminando con rapidez hacia aquí, aunque por la lejanía no sé muy bien si es él -¡soy la Madre de Lai Kuan Lin!, ¿tú sabes lo que haces con mi hijo?- madrastra celosa.

-nada incorrecto, ¿por qué se comporta así?- recibí una Gran bofetada de su parte.

-¡Maldita descarada, Eres una mujer y él es un niño! Tiene dieciséis años- yo sostenía mi mejilla perpleja, mirando su expresión de mujer dolida.

Lai tiene 16 años.

Cuando mi madre salió y me vió en ese estado, y a la mujer tan cerca mío se acercó a la defensiva.

-¿que ocurre Jaetak, ella te hizo algo?... ¡Respondeme!.

Mi estado de shook se hacía más inmenso, no podía moverme.

-¡le di su merecido!- dijo la mujer y yo frené a mi madre, reaccioné, aunque estaba en un estado pleno de emociones mezcladas lo hice.

-Te dije que no te metieras en mi vida. No eres nadie para hacerlo... Vamos, camina.

-¡no me iré!... hijo, ¿no puedes ver que solo te cuido?- la mujer lloraba por la impotencia y me miró -te advierto, alejate de Kuanlin o te irá muy mal.

-vamos mamá.

Eso fue lo último de mi parte, deshice el contacto físico con mi madre y me dí la vuelta para volver a mi casa.

-cierra la boca- habló él.

-aún es menor de edad, te denunciaré por pedófilia. Ser repugnante- y eso fue lo último de ella.

-Jae..- Lai quiso tocarme.

-lejos- tomé distancia -¿es verdad eso?- lo miré esperando respuesta, solo guardó silencio y sentí rechazo, me dijo más de lo que esperaba así que continué mi camino.

...

No comí, no salí de mi cuarto, no miré mi celular que no estuvo mucho tiempo prendido porque cuando empezó a sonar lo apagué.

Me mantuve escuchando música moderadamente alta en los parlantes por la computadora.

Le envié un mail a mi jefe diciendole que adelantaría mis dos semanas de vacaciones porque necesitaba descansar y me respondió al instante que no había drama.
Media hora después acabé acostada mirando la pared porque Kuanlin me había mandado un mensaje por el correo del señor Kuansoo.

"No me evites, debemos hablar y tu madre me ha echado de la puerta tu casa varias veces".

No sé si no entiende que esto es muy grave y no voy a reaccionar como si no lo fuera.

"Ilegal" - Lai Kuanlin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora