Capitulo #2

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- Puede llamarme Cloe - digo, en un lánguido intento de sostener su mirada

- Puedes recordarme cuantos años tienes Cloe? - su pregunta me saca de balance. Mis compañeras dicen que es un hombre hosco, y que nunca se dirige así a una trabajadora. Y a pesar de que comentan por ahí que uno de los hombres más peligrosos, puedo ver de vez en cuando un destello de dulzura en su mirada.

- Tengo 19 años señor - su ceño se frunce ligeramente con mimrespuesta

- Y puedo saber por que trabajas aquí ? - abro más los ojos en un gesto de sorpresa - y no me digas que lo haces por gusto

- No señor, lo hago por necesidad - digo, y la pena y la devastación me invaden por completo

- Quiero que me cuentes de ti, por que lo haces? - pregunta, después de un pequeño momento - por que trabajas?? ...... Aquí

Entonces le cuento todo, él abandono de mi padre, la enfermedad de mama, mis hermanos, mi casa, yo, mi vida ...... Todo ... Absolutamente todo

Se me escapan algunas lágrimas en él proceso, y llega un momento en él que casi no me sale la voz.

- Basta - dice - disculpame

- No es nada - respondo - ya ni se por que lloro, es.. Es la impotencia, deseo hacer algo por mama, deseo trabajar dignamente, pero la vida ha sido cruel, y ya no puedo hacer nada

- Lo siento no debí preguntar - esto es... Es extraño, creo que se disculpo, puedo sentir la tenciòn que emana de su cuerpo.

- No hay problemas - digo por que es verdad

- No te llame para esto, te llame por que él sábado voy a dar una fiesta, con algunos socios de la empresa de distribución que lidero con un compañero y necesito que trabajes un poco más que las demás - creo que me siento afectada, por un momento pensé que le interesaba, por un momento pensé que iba a ayudarme, debí saber que este hombre no tenia ni el más mínimo interés en mi y mis problemas.

- Claro - digo, tratando de que no note mi decepción

Me levanto de la silla para encaminarme afuera de la oficina, pero su voz hace que me detenga

- Cloe - dice - necesito que hagas algo por mi

- Diga-.

- No le digas a nadie que tuvimos esta conversación - suena más como una advertencia que cono un favor pero ok.

- Si señor Montana - digo un poco molesta, pero dudo que siquiera lo haya notado

- Gracias por su tiempo señorita Santi - asiento, y salgo disparada del lugar sin mencionar otra palabra.

~•~•~•~•~

Este día ha pasado más lento de lo normal, a penas son las ocho de la noche, tal vez alguien diga que ha pasado rápido, pero para mi ha sido una eternidad. La musica del bar es alta, aunque no hay muchas personas y él escenario esta vacío, es noche de karaoke pero han pasado pocas personas a cantar.

El señor Montana se fue hace algunas horas del bar, al mismo tiempo que llegó el supervisor, del cual no me se ni el nombre ni el apellido, si lo he escuchado pero nunca presto atención.

Estoy dentro de la bodega que se encuentra debajo del bar, organizando él nuevo cargamento de bebidas que llego hace unos minutos junto a Marcos quien trabaja aquí abajo. No hablamos mucho mas sin embargo él silencio no es incomodo.

- Cloe! - llaman a mi nombre, pero no reconozco quien lo hace, es un hombre, pero no repondo, pensando que puede ser producto del cansancio y el sueño

Hasta que te encontreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora