Beloved Enemy/ Querido Enemigo (SiChul)

Mi vida pasada

HeeChul pov

Estábamos en época de invierno. Los árboles tenían en las puntas de sus hojas unos copos de nieve, al igual que las calles blancas llenas de esa esponjosa nieve. Entre tanta gente que pasaba caminando por la banqueta, estaba yo, HeeChul. Un joven sumamente guapo y atractivo a la vista de cualquier persona, con una piel perfectamente blanca como porcelana, y mi cabello negro azabache, haciendome lucir cómo un verdadero Dios.

A la edad de 12 años, mi vida fue una total tortura, haciendo que huyera de casa. Mis padres no tenían una economía cómo para comer en plato de oro, pero al menos comíamos. Todo el infierno comenzó, cuando "papá " agarró el vicio de los juegos todo el día. Al principio era un pasatiempo según él, pero cada vez ibamos teniendo menos dinero en casa y él se hacía más agresivo con mamá y conmigo, a tal grado que a ambos nos llegaba a golpear para así sacar la frustración que le provocaba el perder casi diario.

Ya estábamos enfadados mi mamá y yo de sus maltratos y humillaciones. Nos trataba cómo a unos animales , sólo para así, el sentirse mejor. Siempre le decía a mamá que nos fuéramos, que no tenía ya una solución, y con tanto dinero que debía, también nosotros estábamos involucrados en sus estupideces, pero ella decía que se quedaría, que lo amaba y sabía que un día cambiaría. Cosa que nunca pasó. Entre una de sus borracheras, llegó agresivo a la casa y empezó a golpearnos con mucha fuerza. A mí no sólo me golpeó, si no qué me violó cómo le dio la gana. Me agarró de mi cabello hasta mi pequeño cuarto, ahí me aventó sobre el colchón, cerró con seguro la puerta , y así mi mamá no fuera a "interrumpir " el cerdo acto de mi padre. Bajó sus pantalones, e hizo lo mismo con los míos, me dio media vuelta en la cama y de una embestida, me penetró, doliendo como el vil infierno. Sólo lloraba y gritaba que me dejara en paz, cosa que parecía enojarlo más y así, lastimarme por más tiempo. Cómo pude lo empuje con fuerzas, tomé unas cuantas cosas y rápido salí del cuarto en busca de mi mamá, pero ella no se quería ir, quería seguir viviendo en ese infierno. Ella me dijo que me amaba, que me cuidara y nunca me olvidara de ella.

Así fue cómo escapé de casa, dejando atrás ese pasado doloroso, e iniciando una nueva vida, o al menos esto intentaba hacer, cosa que tampoco resultó ser lo que pensaba. Trabajé en un súper y sólo me mantenía con el dinero que las personas me daban al empacar sus compras. De ahí me iba a dormir con una empleada del mismo lugar, para así vivir hasta los 15 años.

Había sido muy duro estar tanto tíempo así, por lo qué decidí mudarme a Seúl con los ahorros que tenía, no eran muchos pero al menos me ajustaba para el pasaje y una o dos rentas para un cuarto muy pequeño. Lo malo de esa enorme ciudad, era eso mismo; estaba tan grande que un trabajo era imposible de conseguir, y los que habían disponibles, pedían experiencia mínima de un año en esa rama.

Una vez, estaba sentado en la parte alta de una cafetería a la cuál solia ir muy seguido. El dueño me conocía e incluso me daba una bebida gratis cada que pasaba por ahí, siempre le agradecía queriendo ayudar a lavar las tazas pero siempre se negaba. Ese día, enfrente de mi, estaba un chico atractivo a la vista, no más que yo claro, pero era guapo. No paraba de mirarme y sonreirme, cosa que también yo hacia cada que hacíamos contacto visual. De repente se paró y caminó hacia mi mesa, dejando una pequeña tarjeta con su nombre; Tobias.

- Eres muy apuesto, te aseguro que si trabajas conmigo, ganarás mucho dinero en un abrir y cerrar de ojos, cariño -

Sonrió y sin más, se fue. La curiosidad me mataba por saber que era ese trabajo, si era lo que el me había dicho, podía darme todos los lujos que yo, HeeChul, merecía. Esa noche mi vida cambió, lo llamé y acepté su trabajo, sin saber que me iba a prostituir para cualquier gente que quisiera un acoston conmigo a un precio de ensueño.