Beloved Enemy/ Querido Enemigo (SiChul)

mejor de lo que pensaba

Heechul pov

No había podido dormir en toda la noche por la emoción del trabajo. Sabía que a muchas personas les daba pereza el buscar uno, tener que llegar a tiempo, soportar un estúpido jefe que estuviera de enfadoso todo el tiempo, pero me sentía de una manera diferente, al fin iba a empezar una nueva vida, lejos de todo.

Me levanté y metí a tomar un buen baño caliente. Tenía tiempo de extra cómo para relajarme bajo el chorro de agua caliente. Salí con una toalla amarrada a mi cintura y fui al closet buscando algo propio para usar. Ahora que lo recordaba, no sabía para que tipo de trabajo me iban a contratar, había sido un tonto en olvidar ese pequeño gran detalle.

Busqué algo formal; un traje para ser más específico. Al menos daría una buena impresión si llegaba bien vestido. Me vestí con uno color azul, acompañado de un libro sombrero. Sí, quizá era algo extravagante pero así era yo, no me importaba que dijeran algo de mi estilo.

Tomé el anuncio en manos e ir a mi entrevista. Había muchas cosas qué odiaba, pero entre ellas eran: tomar un autobús y hacer ejercicio. No tenía nada en contra de ese servicio pero siendo yo, Kim Heechul, una belleza andante, No podía perder mi atractivo en alguno de ellos.

Tomé un taxi y le indiqué la dirección al chófer. En poco tiempo habíamos llegado a un edifico gigante, lleno de mucho lujo. Agradecí ponerme un traje para esta ocasión. Pagué el servicio y bajé, admirando por fuera todos los cristales que había en cada piso, eso era mucho más de lo que había imaginado.

Me adentre al enorme sitio, viendo que no había nadie. ¿Era ahí dónde habían puesto los volantes? Busqué un elevador y por alguna razón, oprimi último piso, no sabía porqué pero lo hice. Mayor fue mi sorpresa al ver una mujer de unos 35 años quizá, muy entretenida en su computadora. Tenía un semblante tranquilo, por lo que me animé a interrumpir

  - Hola, buen día, vengo a la entrevista de este anuncio -

Le mostré el papel y está asintió con una sonrisa

  - Buenos días, aquí tiene este formulario. Debe llenarlo con cuidado y una vez que lo termine, Se lo haré pasar al joven Choi -

Sonrió dejando sobre su escritorio una tabla con un par de hojas que eran sujetadas por una pinza. Me paré y la tomé para ver de qué era.

Mientras leía cada una de las preguntas, empecé a tararear una canción que me gustaba mucho

  - "Me gustas tú, gustas tu stumpturu Johahaeyo, Me gustas tú, gustas tuuuu" -

Terminé de llenarlo y volví a ir con la mujer que me veía con una sonrisa en su rostro. Quién sabe porque

  - Muchas gracias Señor... Kim , se lo haré entregar a su posible jefe -

Entró a una puerta tomando mi solicitud, y después de dar unos pequeños golpes en ésta, pasó a la oficina. 

Mientras esperaba que dijera mi nombre para encontrarme con el hombre, sentía mucho nervio en mi cuerpo. ¿Siempre era asi de estresante la espera de ser contratado? Comencé a jugar con mis dedos, al ritmo que mi pierna derecha empezaba a moverse con rapidez hacia arriba en pequeños movimientos.

  - Pase, el señor Choi lo espera -

Asenti y antes de entrar, arreglé mi traje una vez más para poder reunirme con él.

Di un par de toquidos, hasta que un "pase" del otro lado se escuchó con firmeza. Giré el pomo entrando con algo de miedo. Vi de rápido el enorme lugar, pero algo que captó mi atención fue una silueta masculina bien marcada de espalda, haciendo que el  poco claro de la ciudad, diera una sombra oscura pero perfecta en ese hombre alto y delgado. Las manos metidas en su pantalón le daban un toque de masculinidad, de cierta soberbia, pero me gustaba, a decir verdad