Capítulo 1

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Buenos Aires, Argentina.

31 de agosto

-Hey, Ángela, hija. Tenes que levantate o vas a perder tu vuelo-. La voz de mi madre se escuchaba lejana, como si fuese un eco mientras apretaba mas fuerte la almohada contra mi cuerpo para seguir durmiendo. -Ángela, arriba, ahora-. No hice caso a ninguno de sus llamados, al contrario, arroje la almohada hacia algún punto de la habitación y me coloqué boca abajo con las sabanas cubriendo mi cabeza al mismo tiempo que un quejido lastimero salía de mi boca. -Bien, vos lo quisiste-. Escuché como la puerta se abría y suspire de emoción. Al fin se iría y me dejaría seguir soñando con...

-MIERDA. ¿CUÁL ES TU PROBLEMA, MAMÁ?-le grité mientras ella reía a carcajadas. Me encontraba empapada. Resulta que a la señora le molestó que no me dignara a ponerme en pié así que fue a buscar un vaso de agua (el cual estaba helado, por cierto),y lo arrojó sobre mí. La ropa se pegaba a mi piel y me hacia tiritar por los escalofríos que esta me causaba.

Traicionada por la mujer que me dió la vida.

-Mirale el lado positivo, cariño. No vas a tener que ducharte-. Gruñi mientras ella volvía a reírse como si le hubiesen contado el mejor chiste del mundo.

-Te odio, mamá-. Ella me miró con una pequeña sonrisa.

-No, eso es mentira-. Me dijo mientras se sentaba en la cama y me abrazaba sin importarle lo mojada que estaba. La envolví en mis brazos y la apreté no queriendo soltarla. Dejarla a ella, a papá y a Flor solos me rompía el corazón pero este era mi sueño. Millones de veces le había comentado a mis padres la idea de estudiar fuera del país ya que el ser bilingüe me traería muchas ventajas. Ellos jamás habian opinado del tema hasta mi cumpleaños hace unos meses. Me contaron que por mucho tiempo habian pensado en la idea de dejarme sola en un país extranjero, lo que no les causaba nada de gracia ya que para ellos soy descuidada, despistada y tonta. Lo sé, es cierto, pero lo dijeron de forma tan directa que incluso dolió. El punto es que ellos estuvieron pagando este viaje desde que tenía 16. Dos años juntando cada centavo para que yo pudiera irme y disfrutar de mis años de universidad en otro país. Dijeron que mientras yo no estaba enterada de nada, Flor (mi traviesa hermana menor), entró a mi teléfono y me robó el numero de Katelyn, mi mejor amiga que vive en San Francisco, Estados Unidos. Hablaron con sus padres y estos accedieron contentos de tenerme hospedada en su casa junto a Kate la cual chillaba de emoción según lo que me dijeron. En el momento que me entere de su plan me emocioné muchísimo, es decir, por favor ¡iba a ir a estudiar a otro país y al fín iba a ver a Kate en persona!. Me sentía sumamente feliz y no podía creer que mis padres hubiesen hecho semejante acto por mí. Pero ahora que me doy cuenta de que no los voy a ver por mucho tiempo, mi corazón se esta rompiendo dentro de mí y estoy planteandome la idea de quedarme solo para no dejarlos.-Hoy es tu dia, hija. Hoy vas a ir a otro pais, a valerte por vos misma, a ser adulta y a tener millones de nuevas oportunidades. Se que nosotros no vamos a poder estar ahí-. En la última frase pude escuchar como su voz se rompía un poco y supe que estaba a punto de romper en llanto. Mis ojos comenzaron a cristalizarse y encondi mi cara en su cuello para que no vea como las lagrimas ya corrian por mis mejillas.- Con tu padre estamos muy orgullosos de la persona en la que te convertiste y en la que te vas a convertir con o sin nuestra ayuda. Pero quiero que sepas que te amamos con todo nuestro corazón. Que hacemos todo esto para verte contenta y radiante. Que a pesar de todo jamás vas a dejar de ser nuestra nenita-. Un sollozo involuntario escapó por mis labios y ella, con sus labios mojados en lagrimas y las mejillas rojas, besó mi frente.- Te amo, mi amor-.

-Te amo más, mami. Pero de verdad no quiero dejarlos-. Dije levantando la cabeza para poder mirarla.- Los voy a necesitar mucho-. Ella acarició mi cara para quitar los rastros de lagrimas derramadas y me sonrió.

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