Esto Ya No Es Querer (2° Temporada)

Parte 6

Hablamos largo y tendido. Él me contó de su esposa y de las cosas que los llevaron al divorcio. Yo me sentí libre de expresar lo que me ocurría y me di cuenta que estaba a punto de perder a Tae.

- Vístete y recibe bien a tu marido. Enamoralo otra vez, no dudes de tí y tus dotes. Eres hermosa recuérdalo - me guiñó un ojo.

- Gracias. Iré adentro a descansar, fue buena la plática...

- Igualmente.

Tae no volvió, sino al otro día. Al prender el televisor veo la noticia más espantosa que me haya ocurrido.

Se mostraba a Taehyung en una fiesta borracho y con chicas jóvenes a su alrededor. Mantuve la compostura al escuchar la puerta abrirse y cerrarse.

- Tae que pasó anoche?

- Nada amor, sólo salí a divertirme - se sentó algo tambaleante en una silla de la habitación.

- Ni siquiera has pensado en mí estos días no es así?

- Es cierto - sentí mi corazón punzar - quiero divertirme, estoy cansado de toda mi vida. Es aburrida y ni siquiera hacemos el amor por más de un año.

- Y qué crees que estuve haciendo yo todo éste tiempo? Diviertiendome como tú lo haces? Crees que yo no estoy harta de la rutina? Por qué piensas que quise que salgamos solos? - mis lágrimas comenzaron a brotar de la furia que sentía dentro.

- Eso me molesta de tí - me señala levantándose - Siempre lloras. En las noches te escucho y me siento culpable. Pero que más quieres de mí? Intenté hacerte feliz, lo intenté pero creo que no soy suficiente para tí. Hasta creo que ya no estoy más enamorado, sabes?

Sentí mi corazón quebrarse. - Y por qué no lo has dicho en todo éste tiempo en vez de evitarme? - mi voz se escuchaba entrecortada.

- Por mis hijos. Pero ya estoy harto...

- Pues yo también. Así que vete! No te vuelvas a aparecer frente a mí nunca más! Oíste!?

- No me iré!

- Entonces lo haré yo - salí brusca de allí. Medité en las palabras de Taehyung.

Entendí que ya nada era lo mismo y que debería de hacer algo. Yo sí aún amaba a mi esposo y sabía que él a mí también.

En ese momento la llama se hizo débil y para hacerla crecer necesitaba mucho esfuerzo, pero si aún con todas mis fuerzas no lo consigo tendré que rendirme.

Me sentí destrozada, despedazada por dentro. Algo que jamás en mi vida creí que pasaría.

Qué le diré a mis hijos? A mí familia? A mis amigos?

Ahora sólo lloraría y al día siguiente pensaría con más claridad.