POV CHARLIE
- Por favor- seguí insistiendo- Leslie, juro que no te decepcionaré, solo dame una oportunidad.
- Basta Charlie, ya te he dado la respuesta, apartate de mi camino y deja de molestarme.
Esta chica si que era difícil. Tan solo quería demostrarle que en serio la quería, pero su orgullo era tan grande que ella ni siquiera permitía que le abrazara.
- Además no es necesario que vengas a mi. Has estado ya con bastantes chicas, ve con una de ellas.
-Por favor Les- volví a insistir- yo solo quiero estar contigo
- Charlie deja de mentir y deja de seguir engañandote. Eres un maldito mujeriego y yo no caeré en tu trampa. Deja tus jueguitos para otro momento y no insistas más porque no aceptaré.
Admito que si, definitivamente yo era el chico más mujeriego que Leslie conocía. Lo sabía porque ella era una chica bastante confiada conmigo y me contaba a todo aquel que conocía. O al menos eso hacía antes de declararle que yo la quería.
Es que me fue inevitable no contarselo aquel día. Estaba tan emocionado al enterarme de que asistiriamos a la misma universidad, que mi gran bocota no pudo mantenerse cerrada. Era absurdo no babear por ella. Porque todos en el lugar lo hacían. Pero Les no queria a nadie, ni siquiera a mi. Ella dijo cierto día que el amor no existía y que ella lo sabía mejor que nadie, ya que su madre se divorció de su padre y el ex novio de su hermana mayor, Kayla, la engañó. Pero al fin y al cabo, ella encontró el amor de su vida, Alex, se casó y tiene un pequeño hijo, Tobías, aunque aquello no es lo suficiente para que Leslie crea que las relaciones entre parejas de verdad existen.
En fin, ahora me encontraba en uno de los pasillos de la universidad, arrodillado ante ella y sujetandole un brazo para poder convenserla de que solo necesitaba una oportunidad y la conquistaría.
- Charlie, ¿qué haces?, levantate de inmediato, es una orden.
No le obedecí. No me marcharía de aquí hasta que ella me dejara demostrarle que, aunque no la merecía, yo la quería más que a nada en el mundo. Si era tan solo cosa de mirarla. Por Dios, si lo que más anhelaba en el mundo era abrazarla, besarla, cuidarla, pero más aún, siempre había deseado poder estar dentro de ella.
Recuerdo que cuando teniamos diesiseis años, le pregunte si era una bruja. Ella me preguntó el porque, y yo solo le respondi que ella tenía la habilidad de levantar cosas sin tocarlas, pero jamás entendió el doble sentido de mis palabras. Si tan solo verla con su ropa normal ya me hacía desearla...
- Les, por favor solo escucha quieres. Juro que no te defraudaré. Solo quiero estar contigo. Dejame demostrarte que puedo mereserte igual que los otros. Por favor, yo..... Te haré una propuesta ¿si?, tu solo debes elegir un numero del uno al doce y ya. Del resto me encargaré yo.
Leslie solo me observó con duda. Tan solo debía decir un número y eso sería todo.
- Quiero que no me interrumpas, Charlie, ¿entendido?- asentí con la cabeza- has estado molestandome con esto desde hace bastantes meses atras y ya me tienes harta. Juro que si pudiera aniquilarte en este momento, lo haría con mucho gusto.
Se detuvo y al parecer aquello hizo que mis nervios salieran a flor de piel. Tan solo ella provocaba eso. Solía preguntarme ¿como era posible que todas las otras chicas estaban dispuestas a dar todo lo que yo les pedía y Leslie jamás me había dado algo a cambio? Y finalmente había llegado a una conclusión. Ella era diferente a todas las demás. Claro que lo era. Las otras chicas se les entregaban al primer idiota que pasara por en frente. En cambio mi pequeña Leslie aún no cometía adulterío con otro hombre. Aun no cometía aquel pecado. Aunque si había dado su primer beso, el cual afortunadamente fue conmigo. Recuerdo que tuvieron que realizarle una operación a los doce años, que consistía de apéndice. Ese día fui a visitarla antes de que comenzara la cirugía. Tenía miedo de perderla y para decir que fui el primero, la besé. Luego los doctores me sacaron de la habitación, porque ya se la llevarían a pabellones.
Ahora, yo solo me encontraba frente a ella esperando para saber cual sería su respuesta. La vi abrir la boca y entonces sentí que me volvía loco.
- Dos- soltó de repente- ¿ahora puedes decirme en que consiste tu propuesta, Charlie?
No pude evitar saltar de la emoción. Me levanté del suelo, ya que en ningún momento dejé de estar arrodillado frente a ella, y la abracé como si no hubiese mañana. Ella al parecer, no quiso corresponderme, pero no le quedó otra opción que abrazarme también.
La tomé por la cintura y la alejé un poco de mi. Quise plantarle un beso en los labios, pero supe que si hacía eso, estaría muerto y echaría todo a perder, así que solo se lo di en la mejilla.
- ¿Vas a decirme o no?- volvió a preguntarme y yo solo asentí con la cabeza sin dejar de sonreir.
- Tu elegiste el número dos- asintió- Dos meses. Ese será el tiempo en el que te conquistaré.
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Imposible Conquista
RomanceNunca digas que el amor no existe. Todos se enamoran. TODOS.