Parte sin título 2

0 0 0
                                    

Las clases transcurrieron normales. Luego de que acabaran, Charlie pasó por mi salón y me dijo que ahora iríamos a una feria que realizaban cada año. No se que haríamos allí, pero al fin y al cabo, nos encontrabamos llendo hacia allá.

- ¿Sabes, Leslie?- habló a lo que yo gire el cuello para verle el rostro, aunque él no me observaba ya que debía conducir- te extrañé en todo este tiempo. Pensé que tres años serían el tiempo suficiente para olvidarme de ti, pero al parecer resultó ser todo lo contrario. No sabes cuanto le lloré a mamá ese día. Sentí que te había perdido para siempre y mira como nos encontramos ahora.

Al parecer yo también lo había extrañado. Vamos, debía aceptarlo, era imposible no hacerlo. Él fue mi mejor amigo por mucho tiempo y yo necesitaba que alguien me escuchara. Charlie siempre cuidó de mi. Le hubiese soltado en aquel momento que yo le extrañé de la misma forma, pero con la mentalidad que él tenía era más de seguro que se haría algún tipo de ilusión y aquello era lo que menos quería. No iba a partirle el corazón, aunque ya lo había hecho antes.

- Creo que tu no me extrañaste- volvió a hablar- aunque es la razón más obvia del mundo que no lo hiciste.

- Claro que no- volteó su cabeza hacia mi y me miro ofendido, aunque pronto tuvo que volver a voltearla hacia la carretera- no me refiero a que no te extrañé, porque claro que lo hice. Es ovbio, Charlie. Fuiste mi mejor amigo por años y sería estúpido no extrañarte.

Pude ver como en su rostro se expandía un sonrisa tan grande, que llegó a parecerse a aquel gato de "ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS", y además logró asustarme. Pero luego comprendí por qué sonreía de aquella manera.

- Es por eso que no quería decirtelo- le dije seria y a la vez enfadada. Su maldita mentalidad no me dejaba ser clara y directa con él.

- ¿De qué estas hablando, Les?- y sobre todo odiaba cuando intentaba hacerse el desentendido. Jamás pasaba desapercibido cuando intentaba engañarme porque lo conocía como la palma de mi mano, aunque en algunas ocasiones si lograba hacerlo, pero...

- Vamos, Charlie, deja de hacerte el tonto. Juro que te diría todo lo que pienso de ti, pero si lo dijera te harías ilusiones falsas, algo que no es. Estoy completamente segura que, si alguna vez te dijera que eres un chico guapo, comenzarías a saltar como una adolescente que se entera de que el chico que le gusta le corresponde.

- ¿Piensas que soy guapo?- es que no había nadie más especial que él.

- ¿Ahora entiendes por qué no se puede charlar contigo?

La sonrisa que había en su rostro desapareció y luego soltó un simple:

- Ohhh, ya comprendo.

Luego de aquello nos quedamos en silencio salvo por la música que se escuchaba a través de los altavoces.

Transcurrieron algunos minutos y llegamos. Al parecer la feria era enorme y tendríamos bastante tiempo aquí, y no solo me di cuenta de aquello, sino que también me fijé en que Charlie estaba aprovechando bastante bien su tiempo. Probablemente él si lograría conquistarme y... Un segundo, ¿yo dije eso? No, claro que no. Luego de que los dos meses pasaran, cada uno tendría que seguir con su vida normal tal y como estaba antes de que todo esto comenzara.

Lo primero que hicimos al ingresar a los pasillos del lugar, fue observar unas pequeñas marionetas, las cuales eran manejadas por un señor ya bastante anciano, que representaban la historia de dos jovenes enamorados, que al parecer se habían conocido toda su vida pero jamás habían tenido el coraje y el valor suficiente para demostrarle sus sentimientos al otro.

En cierto modo, aquella historia me hizo pensar un poco en lo que yo y Charlie estabamos viviendo, aunque nosotros no estabamos enamorados como las pequeñas marionetas.

Imposible ConquistaWhere stories live. Discover now