Mundo De Mierda

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Esta vida no vale, es una miseria, pensándolo bien, no es la vida en sí, si no el mundo entero que está envuelto en una espiral de sufrimiento y decepción ¿porqué les cuesta tanto verlo? Este mundo hace de la vida una miseria, quienes no sufre causan sufrimiento y quienes no causan sufrimiento están sufriendo.

Si me preguntaran por mi mundo ideal, respondería uno sin humanos, sin todos nosotros, asquerosos parásitos que se alimentan de la vitalidad del planeta ignorando el ciclo natural, matando, matando y no muriendo.

Esa es mi conclusión, la vida es una mierda, los humanos también lo son y estaría más que contento de quitarme la vida para no volver a verlos, pero hice una promesa, una promesa a otra humana de mierda para escribir un libro en el cual relate todas las cosas buenas de la humanidad, no tengo que decir que fue difícil, me tomó 2 años, pero finalmente lo terminé.

Cuando terminé mi libro, de inmediato llamé a mi mejor amiga, la humana de mierda a quien hice la promesa, no es que la odie, simplemente la quiero un poco más que al resto de la gente ¿o la desprecio un poco menos? Da igual, ella fue quien me pidió hacer ese libro, supongo que estaba tratando de salvarme haciéndome ver las bondades del mundo, pero es que ella aún no lo entiende, después de todo ¿Qué hay de malo en no querer vivir? Simplemente dejas un espacio que será llenado por alguien más.

-Finalmente terminé - notifiqué con mi tono indiferente de siempre.

-¿enserió? ¡Grandioso! No puedo esperar a leerlo - por alguna razón se escuchaba bastante emocionada, lo que me hizo pensar que en realidad quería leerlo... o tal vez creía que había cambiado de opinión respecto a la muerte, que ese libro me haría tener fe en la vida.

-claro, cuando quieras - no pude decirle que se equivocaba.

-Genial, pasaré mañana en la noche por el -

Luego de una corta despedida terminamos la llamada, lo más probable es que pase por el libro y se tome su tiempo para leerlo, tardando todo lo posible para que yo siga viviendo hasta que termine, así es ella, llena de amabilidad y siempre queriendo ayudar a todos.

Así, me fuí a dormir, ya era noche y mi única razón para vivir ya estaba terminada, o eso pensé.

Esa noche tuve un sueño desconcertante, vívido como ninguno y extraño como cualquiera, una voz hablaba y yo escuchaba junto con cientos de sombras a mi alrededor.

"Hola pequeñas criaturas que pensaron en poder, su deseo será cumplido y recibirán las habilidades de su anhelo, prepárense y crezcan, que ustedes regirán al mundo, prepárense y luchen, luchen y fortalezcanse, lo necesitarán para lo que viene"

Luego eso, una risa atronadora digna de un asesino en serie hizo eco hasta el sueño de mi ensueño y desperté.

El sol se asomaba por las ventanas, los pájaros cantaban, los niños reían en las calles... ¡OTRO DÍA DE MIERDA! Pero había que vivirlo, lo prometí.

Tomé mi desayuno, salí a correr como recomendó mi estúpido terapeuta y regresé a casa, todo transcurría normal, o eso pensé hasta que decidí darle un vistazo a mi creación.

-¡En blanco! - un libro de 700 páginas en blanco era todo lo que encontré.

Mis padres no pudieron haber sido, ellos nunca estaban los sábados, la casa estaba cerrada así que nadie pudo entrar tampoco.

-así que, ¿quizás lo imagine todo? Ahhhh - con un suspiro me senté en el escritorio y saqué una pequeña navaja de un escondite que tenía allí, hace 2 años mis padres me alejaron de todos los objetos punzocortantes luego de 2 intentos de suicidio, pero logré esconder este, fue difícil ya que no me dejaban solo ni para dormir.

Me quedé viendo la navaja durante horas y horas, este sería el objeto de mi muerte, era la oportunidad perfecta, mis padres llegarían hasta mañana y mi amiga hasta en la noche, para entonces mi cadáver ya se habría enfriado.

Gracias a mis experiencias previas sabía como evitar que la sangre coagulara.

Llené la bañera, me sumergí y sujeté la navaja firmemente, un solo corte y terminaria.

Coloqué la navaja sobre mi brazo e hice una pequeña herida, solo por ritual, nada serio en realidad, pero me hizo pensar ¿era esto lo que quería? Una muerte por suicidio de pronto me pareció algo patético, quizás estaba siendo influenciado por el heroe de mi historia no escrita, un demonio que no se dejaría morir sin luchar.

Así, salí de la bañera sin molestarme en secarme siquiera y me dirigí a la ciudad a paso lento, caminé tanto que mis piernas dolían.

Era una noche fría, tan fría que podía ver mi aliento convertirse en pequeñas partículas de humo blanco y sumando mi ropa húmeda por el agua, no podía dejar de temblar, pero no me importaba, mi vida terminaría pronto después de todo, así que seguí caminando, caminando y caminando, hasta que finalmente lo encontré... O me encontró.

-¡El Dinero o la Vida! - que frase tan cliché.

Frente a mi había un hombre de unos 20 años con una pistola en mano, apuntandome mientras exigía 2 cosas que no me importaban.

-La vida - respondí indiferente.

-¿Qué dijiste cabron? - preguntó el ladrón ofendido.

-digo que me quites la vida -

-¡No juegues conmigo! - se alteró el ladrón.

-ahhhh - exasperado le expliqué - mira mi ropa ¿crees que alguien saldría así durante una noche tan fría si no quisiera morir? - en ese momento, el ladrón pareció darse cuenta del estado de mi vestimenta - traté de suicidarme hace un rato, pero no tuve el valor para ello, así que caminé durante horas esperando que algún alma generosa se apareciera frente a mí y le diera fin a esta miserable existencia, así que dispara, vamos, no pierdas mi tiempo -

Contrario a lo que esperaba, el ladrón bajo la pistola - mira amigo, no sé por qué quieres morir, pero debe haber otra solución, regresa a casa y calientate, se que no es mucho, pero úsalo para el taxi - dijo mientras me acercaba un par de billetes.

"¿es enserió?" pensé, un ladrón, una persona que prefiere quitarle a otros lo suyo en lugar de trabajar por sí mismo se compadeció de mi y me dio dinero "¿tanta pena doy?"

No dije nada, tampoco tomé el dinero, solo lo miré fijamente mientras el enojo surgía de mi mientras pensaba en cuan inútil era este sujeto.

Estaba furioso, pero esa ira se convirtió en sorpresa cuando una llama brotó del pecho del sujeto.

Era una llama rojiza y brillante, la cual creció hasta ser del tamaño de un puño, el hombre la vio y comenzó a gritar mientras se sacudía tratando de apagarla pero no servía, la llama se extendió a sus manos y al resto de su pecho, era como si se alimentara de la vida de aquel ladrón y no se fuera a extinguir hasta que estuviera muerto.

No pude evitar recordar la primera habilidad de mi protagonista [las llamas de la ira], una habilidad que quemaba vivas a las personas y no podía apagarse con medios normales.

Tras unos minutos, el hombre colapsó, yacía agonizante en el suelo mientras su cuerpo estaba en llamas, me acerqué a él y extendí una mano al fuego con curiosidad, tal vez esto me mataría, pero no fue así, la llama estaba tibia cuando mucho y no me afectó, sin embargo, pude notar como a través de ella, una luz opaca se extendía hacia mí, fortaleciendome.

Luego de unos segundos, la luz se apagó, el fuego se extinguió y el hombre estaba muerto.

El Demonio es un héroe? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora