Más que un juego.

¿Error?

Clickeo en el apartado de "más información" pero solo logro abrir nuevas ventanas con un mensaje: "error".
Me fijo y en la parte superior derecha localizo un botón donde registrarme. No entiendo realmente porqué lo estoy haciendo, pero la curiosidad es demasiada. Quizá sea por el formato de la página o esa enigmática frase, pero hay algo que me hace seguir adelante.
Relleno los campos requeridos. Nombre, apellidos, edad, teléfono, dirección... Pero hay algo más. Rol. Me pregunto a qué se refiere con eso. Hay dos casillas posibles: "dictador" o "jugador". No entiendo como esto puede afectar en mi vida, pero yo llegué hasta aquí para jugar, así que selecciono la segunda.
Unos instantes después de completar mi registro recibo una llamada de número oculto.

-Hola, ¿eres Leyre? -dice una misteriosa voz.

-Sí, soy yo. ¿Quién eres?

-Soy la creadora del juego. Y tu acabas de entrar en él. El anonimato es algo fundamental para mi. En seguida voy a conseguirte un dictador, y deberás someterte complemente a él. Cumplirás cada una de sus pruebas y así ganarás puntos. Esos puntos te conducirán a la victoria.

-¿Qué tipo de pruebas? -pregunto confundida.

-Quién sabe. Solo una última cosa... Si decides terminar el juego, tu vida también terminará. Sé todo de ti. No te la juegues.

Y de repente cuelga.

Estoy bastante asustada porqué acabo de entregar mi vida a alguien. No estoy segura de si esto fue real, pero me siento en peligro. Podrían estar espiándome, o incluso debajo de mi casa.
Papá me llama para cenar y yo bajo. La mesa ya está puesta y Kathy ya está sentada. Huelo algo quemado en la cocina, y supongo que no estará muy delicioso el manjar de hoy.
Kathy mira su móvil sin parpadear. Le llamó la atención.

-Estamos en la mesa, Kathy.

Pero me ignora.

-Kathy, ¿puedes guardar el móvil?

Y sigue sin hacerme caso.
Estoy bastante nerviosa porqué ese cacharro me recuerda lo que acabo de vivir y me ansía no saber qué será lo siguiente.
Finalmente llega papá con un pollo relleno bastante achicharrado. Definitivamente no parece comida.

-Que asco. -dice Kathy separándose por fin del celular -Si vamos a tener que comer esto, me largo a casa de Jasmine.

Papá no levanta la mirada, sabe que es una batalla perdida. Yo me siento mal. A pesar de sus malos resultados, han habido horas de esfuerzo y preparación. Y no solamente eso, si no, ¿cuánto dinero ha invertido en esto? No es una comida exageradamente cara... Pero no nos la podemos permitir a diario.

-Come y calla, Kathy. -digo decidida.

No voy a dejarme pisotear de nuevo.

-No puedes mandar de mi. Siéntate y calla. Yo me largo. -responde alzándose de la silla.

Yo también lo hago. Me levanto de la mesa y me acerco a ella para detenerla. No dejaré que se vaya.

-Deberías parecerte a mamá -dice mientras me pega una cachetada.

Y yo me quedó allí, de pie, con cara de tonta, observando como abre la puerta y se larga. Papá no es el único que hoy ha fracasado.
Él me mira y veo tristeza en sus ojos. También se va de la mesa.
Yo subo a mi cuarto.
Solo al entrar veo vibrar mi móvil, una llamada entrante.

Contesto.

-¿Sí? -digo.

-¿Preparada para jugar?