"La vida te dará muchas cosas, pero cuando quiera, te las quitará."
La chica estaba nerviosa, su vientre abultado no permitía que el vestido color crema cerrara, se lo había probado unos días atrás, pero el embarazo avanzaba rápido y hacia crecer su vientre. Se sentía más nerviosa aun al saber que su futuro esposo debía de estar esperándola frente al altar, y aunque sabia que sonreiría en cuanto la viera caminar hacia él, con su vestido de novia y sus 5 meses de embarazo, los nervios no la dejaban. Su mejor amiga, quien la estaba ayudando con el vestido, decidió hacerle unos pequeños cortes a ambos lados del cierre pero sin llegara romperlo. A la joven novia le pareció que su amiga hacia magia con sus manos, en un dos por tres el vestido cerro completamente.
-Mary... - se giró para mirar a su futura suegra quien entraba a la pequeña habitación en la que se encontraban, notó un dejo de preocupación en su voz pero lo pasó por alto.
-¿Que ocurre señora Ámbar? - el rostro de la madre de su novio ahora denotaba suma preocupación y tristeza. Sus nervios aumentaron aun más.
-Erik... No está en el altar... Él... No ha llegado, y no contesta el teléfono...
Su rostro se desfiguró en medio segundo. Un fuerte dolor se instaló en su pecho y sentía que le faltaba el aire. Jamás se había sentido de esa manera. Su mente vagaba de un pensamiento a otro analizando la situación, Erik no seria capaz de hacerle eso, lo conocía desde pequeño y jamás la había defraudado. Él le había propuesto matrimonio cuando supieron que ella estaba...
En cuanto ese pensamiento se formó en su cabeza tomó su vestido por la parte baja y salio corriendo por la puerta de la habitación en la que se encontraba sin importarle nada.
<<Esto no puede estar pasando>>
Mary-Ann corrió hasta el cuarto en donde se suponía debía estar el novio, pero al abrir la puerta se dio cuenta que sus sospechas eran ciertas. Erik Dalton ni si quiera había ocupado el cuarto en donde se vestiría. La había dejado plantada en la iglesia, vestida y maquillada, y con una panzota que debería cargar por otros 3 meses hasta que su hija naciera.
Todo tipo de esperanza de que estuviera en el baño o que se hubiera vestido en su casa, se esfumó en cuanto fijó si vista en aquel sobre con su nombre escrito. Reconocería su letra en donde fuera y esta vez no era la excepción. La carta estaba sobre una mesilla con un espejo que se encontraba en el pequeño cuarto de la iglesia. El nudo en su estómago se hizo más grande y el dolor en su pecho era cada vez más punzante, con cada respiración que daba sentía que algo en su interior se hundía más y más. Las lágrimas comenzaban a correr sin control alguno por sus mejillas y su labio inferior temblaba, ni siquiera había leído la carta y ya sabia lo que esta decía.
Quería estar sola, necesitaba estar sola para poder leer la carta con tranquilidad y asegurarse de que no se formaría un escándalo de lo ocurrido; se conocía a si misma y sabia que si la leía se derrumbaría, y a pesar de estar destrozada y de que los invitados sabrían que había sido plantada, no quería quedar frente a ellos como la novia plantada y despechada que siempre muestran en las películas. Tomó la carta y volvió apresuradamente hacia la habitación en donde había tenido que vestirse. La chica de ojos color miel entró prácticamente corriendo y esquivando a las personas que le preguntaban que le pasaba, su madre intento detenerla en lo que iba a hacer,pero ya era demasiado tarde. Ella ya había tomado las llaves del auto de su padre, y también las de su casa, la cual compartía con Erik; salió rápidamente de la iglesia por la puerta de atrás tratando de no ser vista por nadie. Escuchaba a lo lejos las voces de su madre y de su ahora ex suegra llamando desesperadamente su nombre, a esas voces se le sumaban también los gritos de su hermano mayor y los de su mejor amiga.

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¿Ella Es Mi Hija?
ChickLitPor amor a su novia, permite que ella se marche dejándolo para siempre y llevándose a con ella a su pequeña hija que creía en su vientre... Pero el mundo gira y todo en esta vida da vueltas. El destino nos depara muchas cosas fabulosas... ¿Reencontr...