Vacío.

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Perder a alguien no es como te lo enseñan en las películas. No es la familia bella y unida, llorando al abrazarse. No es un funeral negro en el que todos lloran por igual.

La realidad es dolorosa. Es el grito de tu madre al darse cuenta de que esta sola por primera vez en su vida. Es el frío viento a la mañana siguiente, cuando caés en razón y te das cuenta de que ya nada será lo mismo. Es el equipo de investigación, riendo en su coche acerca de temas no relacionados pero la simple vista de una sonrisa en una situación así hace que se te revuelva el estómago. Es el entrar a su casa después de todo lo ocurrido, sabiendo que la risa nunca volverá a reinar en ese lugar. Es el no tener motivación para respirar, porque cada momento que pasa es un momento más sin esa persona. El saber que ya nunca te contarán historias, nunca más te despertarán en las mañanas, nunca más te abrazarán en el invierno. 

Es el no poder asistir al funeral, no por no querer o por falta de tiempo, sino más bien porque pareciera que sos la única persona con el derecho a llorar, porque ellos no lo conocían, ellos no sabían nada de él, ellos no tienen ningún derecho a sufrir como vos.

Es el querer llamarlo para oír su buzón de voz, solo para descubrir que su número esta fuera de servicio.

Es el ver su cama, su ropa, sus fotos, y saber que nunca va a volver.


Hoy.Where stories live. Discover now