Era la quinta vez que Fred se removía en la cama tratando de conciliar el sueño, las palmas de sus manos sudaban sus ojos viajaban a cualquier lugar se su oscura habitación, lo necesitaba.
Necesitaba a Foxy.
El pelirrojo había entrado en labor de parto hace once horas y su padre lo había llevado a el hospital mas cercano, aunque Foxy había tomado la forma de una mujer para que fuera mas creíble dejándolo solo en la casa, estaba preocupado, demasiado, su madre tenia una semana sin ir a la casa al igual que su hermano mayor.
Su celular sonó sacándolo de sus pensamientos con rapidez lo tomo contestando la llamada de su padre.
¡PAPÁ! -grito con desesperación-
¡ES NIÑO, HIJO, NIÑO, PERDISTE! -grito su padre provocando que Fred alejara el teléfono de su oreja-
¡¿QUÉ?! -su semblante se descompuso dejando una mueca vacía, había perdido- eso no importa ahora, ¿como esta Foxy, mi hijo?
Ah, él esta bien, ahora mismo estamos de regreso, sabes tu hijo es una cosita tan mona, chiquitita y apapachable -comenzó a hablar como si consintiera a alguien, seguro era a su pequeño- llegaremos en breve
Ok, los espero -se sentó en su cama, observando cada cinco segundos el reloj, el tiempo ahora se le había eterno-
La puerta principal se abrió dejando ver a su padre y pareja con un bultito entre sus brazos, sin esperar mucho bajo las escaleras corriendo deteniéndose en el final a apreciar a ambos adultos. Foxy tenia una expresión casada y estaba irritado.
¡QUIERO VER! -grito, acercándose hacia Foxy con la intención de ver al pequeño aunque su labor fue detenida por la mano del mas alto-
Silencio, harás que llore -le sentencio con una voz fría y cortante-
Pero... ¿puedo verlo? -pregunto casi en un susurro-
Si -le extendió el bultito envuelto en las suaves mantitas de un azul pastel-
Oh, dios mio, están pequeño y lindo -descubrió con sumo cuidado el rostro del bebé- mi pequeño -sonrió dejando escapar unas lágrimas de alegría- es hermoso -beso su frente llena de pecas rojizas, su matita de cabello anaranjado caía graciosamente sobre el rostro del pequeño-
Sabes Fred -Foxy se acerco con un porte elegante- los demonios crecen al igual que los humanos
¿En serio? -André se quitaba los zapatos arrojándolos a quien sabe donde-
Si, veras crecer a tu nieto...
¡Y NO QUIERO QUE SE VALLAN DE AQUÍ! -grito, el bodoquito abrió sus grandes ojos anaranjados viendo a todas direcciones enfocándose en los ojos negros de su padre-
Ow, mira me esta viendo, ah cuchi cuchi, cuchi cuchi-hizo caras graciosas provocando unas risas en su hijo-
¿Cual es su nombre, Foxy? -el de ojos azules se estiro en el sofá dejando escapar un largo y pesado suspiro-
Que lo elija el padre -sonrió, acariciando los cabellos de Fred-
Oxy, quiero que se llame Oxy -el ahora nombrado Oxy tomo entre sus pequeñas manos los dedos de Fred jugando con ellos-
Sólo la F tiene de diferencia con Foxy -susurro el azabache mayor recibiendo un zapatazo por parte de su yerno- ¿qué?
Es cierto, pero algo me dice que mi bebé a reclamado ese nombre, lo quiere -susurro con una enorme felicidad-
... -sus ojos viajaron a todas las esquinas oscuras de la habitación, sentía una mirada sobre su cuerpo algo de pánico se apodero de su ser, desde que le llevo las almas a Deuz no había vuelto a ese lugar, el moreno estaba cobrando factura-
°•×•°
Ya nació -dijo Onnie frente al trono del líder, los demás demonios que se encontraban ese día en la habitación comenzaron a reír y cuchichear entre ellos-
Que crezca aun es joven -el rey relamió* sus labios con una sonrisa perturbadora-
°•×•°
¡FOXYYYYYY! -lloriqueo Fred cuando su hijo tomo entre sus manos su cabello halándolo con toda la fuerza que tendría un pequeño de dos meses-
Ya bebé, deja a tu papi -el pelirrojo tomo entre sus brazos al menor-
Duele, ¿de donde saca tanta fuerza? -preguntó sobando el cuero cabelludo de la parte afectada-
De mi -sonrió dando media vuelta en dirección a la cocina-
Cada capitulo tendrá un año de diferencia, a partir del siguiente capitulo veremos la vida de Fred y Foxy como padres, en algunos se me saltare varios años.