Nadie mas que tu.

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Nota : Nunca jamas, en tu vida, le ruegues a nadie. Por que nadie merece sentirse tan importante, ni tu tan miserable. 

" Ahí estaba yo, me encontraba atrapada entre los millones de recuerdos y la vida que debía comenzar a vivir".

Cuando se cierra una pequeña ventana dentro de tu destino, recurrimos a bajar los brazos pensando en que la siguiente puerta que abriremos será la equivocada, si hoy tuviera que decir algo nunca encontraría las palabras apropiadas, seguir en pie frente a nuestro nuevo destino nos da miedo, mas aun cuando te sientes sola en medio de la calle, teniendo como única compañía nuestra sombra. Aunque preferiría mil veces la tranquilidad de mi soledad, que la decepción de una mala compañía, sencillamente por que a estas alturas de mi vida no necesito mas tormentas, necesito calma, esa calma que aun no eh logrado conseguir conmigo misma.

Muchas veces trato de engañarme, muy en el fondo sé que no le temo a la soledad, pero se que le temo a la posibilidad de amar de nuevo. De entrelazar mis dedos junto a alguien que no seré yo, que me brindara felicidad con un tiempo que tendrá caducidad, en el momento exacto, para volver a caer, para volver a encontrarme conmigo misma. Aunque el tiempo no perdona y no olvida nada, las manecillas del reloj jamas giraran en sentido contrario, el invierno jamas se vestirá  de verano para alegrarnos una vez en la vida. Y la clave para eso, está en no forzar nada, si tienes que forzarlo, solo déjalo ir, no vale la pena y nunca la valdrá. En la vida, que hoy tú y yo vivimos, no se ruega por amor o por amistad, déjalo ir, libera esas cadenas, déjalo ir.

Se trata de aprender a soltar, de entender que algunas personas se tienen que ir para que nuevas historias se puedan contar, sentadas en algún lugar del mundo, bebiendo café.

 Se trata de dar alas, para que pueda decidir libremente cuando irse, y cuando volver. Si el camino que tomaste no te convence del todo, hazte mas fuerte, no podemos usar como excusa lo que en su momento nos destruyó para aferrarnos a lo que nos hizo daño. 

Llegas a un momento en el que el vacío es tan enorme que sabes que no quieres estar al lado de alguien mas. Por eso ya no creo ni en mi almohada, ni en nada. Si algún día te digo que te creo, no me creas. Por que ya no creo ni en mi reflejo. 

Si deseas encontrar a alguien, empieza por encontrarte a ti misma