Capitulo 11

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Los meses pasaban y pasaban, lentamente, Mitchell lo sentía como una tortura. Su mundo era mucho más aburrido de lo normal. Elena necesitaba demasiado la compañía de Laura, y ni hablar de Maximiliano. Todo el vecindario sentía su ausencia, hacían falta los gritos, saltos juegos y llanto de los Daccarett.

[M]: No quiero ir...-decía el pequeño tirando en su cama, aún envuelto en las sabanas-voy mañana.

[E]: Has faltado toda la semana a la escuela con el pretexto de "Hoy no quiero ir, voy mañana" No puedes seguir perdiendo clases.

[M]: Iré mañana lo juro-decía él con un todo perezoso y lento.

[E]: No jures en vano... ¡Arriba!

Después de tanta lucha y gritos Mitchell se encontraba preparándose para su primer día de clases, ahora cursaba el 7mo grado.  No estaba específicamente emocionado por el hecho de volver a clases.

[E]: Esto te hará bien, créeme. Te distraerá del asunto ya lo veras.

[M]: Como sea...-dijo tomando de mala gana su mochila y saliendo a esperar el bus que lo llevaría al colegio.

. . .

Años ya habían pasado, diez para ser exactos, cualquiera diría que ya todo había quedado en el pasado, pero no, Mitchell aún recordaba a aquella pequeña que cambio su mundo para siempre.

[E] ¡Mitchell!-grito su madre desde la cocina-¡Ve a abrir la puerta hijo!

[M]: ¡Estoy ocupado!-respondió él en un tono bastante alto, asegurándose de que su mamá lo oyera-¡Que lo haga Paulina!

[P]: ¡Siempre debo hacer yo todo!-refunfuño la niña desde la sala, donde se encontraba mirando unas revistas.

La jovencita se levanto muy enojada y se dirigió a la puerta, abrió de golpe para encontrarse con una no muy grata sorpresa.

[P]: Hola Tayla.

Tayla. Una muchacha de la localidad que como decía Paulina, acosaba a su hermano. Tayla estaba muy enamorada de Mitchell, y este lo sabía, solo que no se encontraba apto para una relación en estos momentos, ni tampoco en los últimos 6 años desde que se conocen. Mitchell solo la veía como una buena amiga. Sin embargo, Elena ya quería tenerla como integrante de la familia y por lo consiguiente la invito a cenar.

[T]: Hola Pau...

Paulina odiaba que le dijeran así.

[E]: Pasa adelante cariño.

Elena tuvo que intervenir porque sabía que acabaría mal si dejaba a Paulina, quien era una niña con un carácter muy fuerte, afuera con Tayla quien solo buscaba ganarse su cariño.

[M]: ¡Tayla! Hola.

[T]: Hola Mitch.

Estos se dieron un formal beso de amigos en la mejilla como acostumbraban. La cena transcurrió normal, hasta que de repente recibieron una visita, no indeseada, sino mas bien, inesperada.

[P]: Mitchell te toca abrir a ti. Ya yo atendí ahora es tu turno.

[M]: ¡Vale! ¡Vale! ya voy no te estreses.

Mitchell abrió la puerta  sonrió inmediatamente al verlos afuera.

[M]: ¡Tío Max! ¡Matteo! ¡Bienvenidos!

A Elena si que le sorprendió escuchar aquellos nombres y luego ver a dichos nombrados aparecer por la entrada del comedor. Hacía mucho ya que no los visitaban.

[E]: -Después de saludarlos- ¿Qué los trae por aquí?

[Mx] Bueno después de tanto tiempo pensé que seria bueno reunirnos de nuevo ¿no?

[E]: Si, es verdad.

[M]: Tayla, él es Matteo, un primo, y su padre Maximiliano.

El resto de la noche conversaron y rieron de anécdotas pasadas. Tayla se sentía un poco incomoda al ser la única persona en la sala desinteresada en el tema, a parte de eso, desinformada por lo tanto decidió retirarse. El que Tayla se fuera fue la mayor alegría que pudo tener Paulina en aquellos momentos y ahí si se emociono la reunión.

Too YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora