C.J

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— Bebé,  ¿Qué dices de estos? Se ven bastante bien. — unos pequeños orbes verdes miraron en dirección a su madre. Estaba ayudando a empacar su ropa.

La menor en la habitación subió y bajo sus hombros, no le interesaba su ropa. Sólo quería ver la playa. Estaba realmente emocionada. Sin darle interés a las prendas que su madre le exhibía, abrazó las piernas de esta. Una sonrisa apareció en el rostro de la mayor.

— Michelle, cariño.. — Bajo las manos hacia su pequeña y cargo en sus brazos a su bebé. El calor del cuerpo de su madre la mantenía siempre a gusto, pero hoy era diferente; Michelle estaba llorando en el hueco de su cuello y hombro. — Oh, ¿Qué sucede?

El pequeño cuerpo se mantuvo escondido entre sus brazos, los sollozos se hacían presente en la habitación. Poco a poco fue calmando su llanto, ya que su madre tras mecerla y sobarle la espalda a la menor lograron detenerlo. 

— ¿Por qué papá no volvió? — Ya, aún recostada sobre el pecho de su madre mantenía una mano sobre el corazón de la mayor. El latido de este se podía sentir entre sus dedos, y estaba demasiado acelerado. — Dijiste que él volvería. Lo extraño. — La pequeña limpió con torpeza sus lágrimas.

— Michelle, escucha... — Sentó a la niña de 5 años en su camita. Ella se acomodo a su lado, manteniendo su mano en la espalda de la menor. Sabía que era el momento inadecuado para hacer lo que tenia que hacer, pero ya no podía callarlo. Nunca había mentido y mucho menos a su única hija. — Tu sabes que tu padre se ha ido, y antes de irse el prometió volver contigo cuanto antes, ¿recuerdas?

La pequeña la miraba atenta, prestando mucha atención a las palabras de su madre. Ellas siempre tuvieron esa increíble conexión madre e hija.

— Claro, el prometió que al volver iríamos juntos a la playa. — Miró a su alrededor. Plasmo su manita en el gran equipaje a su lado. — Por eso estamos haciendo esto, él está por llegar, ¿verdad? — Soltó esperanzada.

Una caricia se sintió en la mejilla de la menor, haciendo que la niña se acoplara a esta. Subió su manita y tomó la mano de su madre, dejando en lo alto de esta un pequeño beso. La mayor no podía creer lo inteligente, hermosa y afectiva que era su pequeña; una sonrisa se coló en su rostro, dando paso a que caiga una lágrima de sus ojos. La menor al notar aquella lágrima que caía del rosto de su madre se asustó, ya que su madre decía que sólo se llora de emoción o de tristeza. Rápidamente, tomó entre sus pequeños brazos el cuello de su madre, dándole la misma caricia que le había otorgado minutos atrás su madre a ella.

Clara estaba asustada, temía por su pequeña hija.
Aferró su cuerpo al abrazo, manteniendo en calma aquellos sollozos y lágrimas que se asomaban cada segundo que pasaba. Tenía que ser fuerte, por su pequeña. Por ellas mismas.

— Lauren, él no vendrá. — Susurró entre el cabello de su pequeña. — El dijo que nos vería allá, que viajaría y nos esperaría allí.  — Poco a poco calmó sus emociones, volviendo a su tono normal. La pequeña ahora estaba mirándola a los ojos, mostrando decepción. 

—Pero, el dijo que vendría con nosotras.. — Sentó su cuerpo entre sus piernas, sin soltar la mano de su madre. — Él lo prometió.. — La pequeña bajó su cabeza, ocultando su rostro entre su cabello. — Veré a papá allí, ¿verdad?

Clara asintió, dándole una sonrisa.

— Entonces, ¿Qué esperamos? — Salto entre sus pies, estando firme sobre su cama. — Tenemos que apresurarnos! — Una risita sonó. — Papá, allá vamos.





Clara jamás había mentido, hasta hoy.
Clara jamás había temido por su hija y por ella.
Clara nunca había llorado frente a tu pequeña.







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⏰ Última actualización: Jan 12, 2018 ⏰

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