Porque merece la pena

Capitulo 2. Porque merece la pena

-Me gusta Lucy!!-Gritó sorprendido. A lo cual todo el gremio lo oyó.
Sin embargo no se callaron como cuando les das una gran sorpresa, sino que le empezaron a gritar cosas como:

-Ya era hora flamita!

-Oe Salamander cuida a la coneja!

-Mis hijos están creciendo!

-Sabía que acabarían juntos...

-Mira, has estropeado el momento...

-Felicidades Lu-chan!

-Admitirlo es de hombres!

Natsu no pudo más de lo rojo que estaba y salió corriendo del gremio.

Fin del Flashback

Natsu se rió. Se rió feliz como hacía tiempo que no reía.
Lucy le miró enfadada. Ella le acababa de decir de manera indirecta que era lo mejor que le había pasado en su vida y el muy imbécil se ríe.
Él, al ver la cara de la maga, se calma dejando sólo una sonrisa en su cara, y ajunta sus frentes.

-Yo jamás te abandonaría. Me oyes? Jamás. Y no creo que seas una molesta, ni una carga... Eres una poderosa maga celestial, poseedora de diez llaves del zodiaco. Y por ti daría mi vida gustoso.

-N-Natsu... P-pero, porque?-Dijo la rubia con lágrimas en los ojos.
Natsu le quitó las lágrimas con una suave caricia que hizo que Lucy temblara.

-Pues porque...-Dijo Natsu suavemente.- merece la pena.
Y con eso ajuntó sus labios con los de Lucy acabando así con la poca distancia que los separaba.

Lucy al principio se sorprendió pero rápidamente correspondió, temiendo que el infantil e inocente Natsu que conocía volviera. Se separaron por la dichosa necesidad de respirar.

-Nat-No pudo terminar porque Natsu la acercó más a él escondiendo su cabeza en el cabello de la rubia.

-Lucy-Dijo Natsu serio clavando sus ojos jades a los de ella- He encontrado a mi pareja.

Lucy abrió a más no poder los ojos. Había leído libros con Levy sobre eso además de lo que había escuchado decir a Gajeel. Cuando un dragón encuentra a su pareja, sea correspondido o no, no puede vivir sin ella. Desde su punto de vista el amor de los dragones era lo más romántico que había leído. Sólo se enamoran una vez en su vida, cuidan a su pareja como si fueran reinas, las protegían con sus vidas sin pensarlo ni un segundo, son muy celosos cuando otro macho  ronda a su pareja, básicamente eran diosas para ellos y todo esto con un amor tan sólido como un muro. Lucy nunca creió que sería la afortunada. Y sin embargo ahí estaba Natsu, ofreciéndole el mayor tesoro que puede ofrecer un dragón.

Al no decir nada Natsu palideció.

-C-claro que si tu no quieres...-No puedo continuar hablando porque Lucy le volvió a besar lo más dulcemente que podía.
Cuando se separaron se quedaron abrazados un rato más hasta que Natsu se dio cuenta de lo tarde que era.

-Es mejor que te quedes esta noche aquí. Cuando Happy vuelva le diré que mañana a primera hora te vaya a buscar ropa.
Natsu le cogió de la mano y la llevó a su habitación. Hizo ademán de irse pero Lucy le cogió la mano y le dijo en un susurro:

-Quédate conmigo.
Lucy sabía que él no la tocaría y así podría disfrutar más de su calor.

Se metieron los dos en la cama de él y Natsu le abrazó posesivamente de la cintura.

-Natsu? Jajaja parece que tengas miedo de que me vaya.

-Eso es por que lo tengo. Tengo miedo de que todo esto haya sido tan sólo un bonito sueño.

Lucy se giró apoyando su cabeza en el pecho de su ahora novio.

-Jamás me iré, de acuerdo?

Y aún que Lucy no le viera, sabía que estaba sonriendo.

Al día siguiente Lucy se sentía extrañamente bien. Intentó levantarse pero algo la tenía sujeta por la cintura. Cuando vio a Natsu estuvo a punto de tirarlo de la cama, pero luego recordó todo lo que pasó el día anterior y sonrió.

Se volvió a acomodar dejando un recorrido de besos desde su pecho hasta su cuello. Se sorprendió al escuchar un gruñido. Al levantar la vista vio a Natsu mirándola.

-Si me despiertas así todos los días me vale la pena enfadarme contigo.

-Si te enfadaras conmigo,-Dijo Lucy seductoramente- te perderías esto.- Y lo besó apasionadamente. Un beso salvaje donde ambas lenguas luchan por tomar la boca del otro.
Se separaron dejando un poco de saliva entre los dos.

Natsu apenas podía respirar. Ese sin duda sería el mejor beso de su vida.
Lucy le miró intensamente y le lamió el labio para luego morderselo. Natsu no podía más. Lucy se separó un poco, lo miró, se acercó para darle un beso y Natsu cerró los ojos. Esperando algo que nunca llegó.
Cuando abrió los ojos, Lucy estaba de pie mirándole divertida.

-Que pasa? No puedo besar a alguien que está enfadado!-Lucy río tanto que le salían lágrimas.

Natsu gruñó y se puso en pie. Ahí es cuando Lucy vio que solo llevaba pantalones.

-Así que quieres jugar, eh Luce? Bien. Juguemos!

Lucy palideció y salió corriendo de la habitación. Sin embargo Natsu no tardó el atraparla.

La agarró por la cintura y la acercó hacia él sin demasiada delicadeza. Y le besó tan apasionadamente como antes. Lucy al principio forcejeó pero según pasaron los segundos dejó de resistirse para pasar a abrazarlo cogiendole del pelo.

-Ya deberías saber que no me gusta que me dejen a medias Luce.

Lucy se tensó un momento. Donde estaba aquel chico tan inocente? Aquel que se metía todas las noche en su cama sin tocarle un pelo?
La maga celestial se relajó. Y que más da? No es como si el nuevo Natsu le desagradara, en absoluto. Es más, era todo lo contrario.

Sonrió a Natsu cariñosamente y le acarició el rosado cabellos. A pesar de que ya lo había demostrado no pudo evitar que las palabras se le escaparan de la boca:

-Te quiero.

Él le miro como si pudiera atravesarla y leerle el alma. Luego ajuntó sus frentes para decir lo que a la rubia le parecieron palabras bajadas del mismísimo cielo:

-Yo tambn te quiero.-Le sonrió como sólo Natsu sabe hacer.-Desayunamos y vamos al gremio?

-Vale.-Dijo Lucy feliz a más no poder.

Ambos estaban dispuestos a enfrentar lo que sea para estar juntos. Ambos estaban dispuestos a soportar las riñas de Erza, los corazones de Mirajane, las advertencias de rival de amor de Juvia y las burlas de Cana con tal de este juntos.

Fin~