Día 10 - Gracias

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Enero 10.

[Ella]

Después de colgar una amena plática con él, sonrío, y me dirijo hacia mi baño saltando y cantando cual niña, con genuina alegría, me dispongo a bañarme. Ya que aquella llamada me robó suficiente tiempo como para que se me hiciera tarde en ir a la escuela. Intento no tardar mucho, pero me es casi imposible por la música de fondo que seleccioné que llena mi alma complementando mi alegría y me hace bailar dentro de la ducha.

Todo mi día dio un vuelco hermoso, en ningún momento dejo de cantar, mi actitud para con mi familia se vuelve inusual al ser feliz sin ningún descaro al mundo.

-¿Tanto por una simple llamada? -me pregunto a mí misma para darle vueltas en mi cabeza.
En realidad necesitaba esa llamada, mas que por lo que hubo después de ella, no podía ocultar que realmente lo extrañaba, pero me es inevitable sonreír cuando recuerdo esa primera llamada de 5 días atrás, esa que agradecí tanto...*

Pero esta llamada sin embargo fue diferente, como hablar con un gran amigo del que no sabías nada.

Estoy amenazada por su parte ya que al encontrar una buena excusa me llamaría de nuevo en cinco días, y a decir verdad no me desagrada, en realidad estoy segura de recibirla encantada pero... ¿eso no está mal?

Seguro que no, tan sólo es una llamada cada cinco días, mas que afectar es un beneficio para ambos...
¿no es así?

*Enero 5.

Despierto de un sueño provocado por un llanto sin fin, recordando las razones por las cuales lloraba para volverlo a hacer.

Todo el día de hoy ha sido un tormento para mi alma, no dejo de pensar en lo mucho que me arrepiento de las decisiones que he estado tomando para sentirme así, como principal haberle pedido a él que nos alejáramos.

Escucho una y otra vez una canción que en estos momentos me parte: "Noche de paz" de Cevladé.
Sintiendo cada palabra de esa canción deseando que él regrese.

No dejo de retorcerme entre lágrimas y golpes hacia mí misma, escupiendo maldiciones con coraje, en definitiva la estoy pasando pésimo en su ausencia.

Escucho el teléfono de mi casa timbrar, no le doy importancia esperando que alguien más conteste, pero entonces entro en consuelo de que podría ser él, me levanto casi corriendo para contestar pero enseguida deja de timbrar.

-¿Qué probabilidad hay? -me pregunto y regreso a mi cama sintiéndome tonta de creer que él podría llamarme.

Continúo mi cometido sollozando entre sábanas y lo escucho timbrar de nuevo, de inmediato mi ilusión crece más que antes, ya que sé perfectamente que él insiste en su llamado.

Corro a donde se encuentra el teléfono y trato de tranquilizarme, tarea que se ve interrumpida al ver el verificador de llamadas y notar ese número que me indica que en efecto; esa llamada proviene de otro estado del país.

-81...

Me pienso el contestar un momento sólo para no hacerlo con la voz temblorosa, rápido me calmo y al fin levanto la bocina.

-¿Bueno? -digo tranquila.
-¿Bueeno? -contesta con completa seguridad y un tono burlón, lo que me parece un poco extraño.

Su voz me hace temblar en sobremanera y me es inevitable volver a sollozar agradeciéndole demasiado su llamada. Dura poco más y al colgar estoy completamente empapada en lágrimas.

No dejo de agradecer esa conexión de la que él y yo estamos conscientes y que nunca deja de hacerse presente.

Regreso a mi cama y una vez más lloro, pero esta vez de felicidad, con una sonrisa enorme abrazo a mi perrito quien fue la excusa perfecta para recibir esa llamada y le agradezco a él también.

Siento esa calma que sólo él me trae y entonces descanso perfectamente como ya me había hecho falta. Con mi mejor amigo entre mis brazos al fin tengo mi deseada "noche de paz".

Un Año Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora