¡REVELACIÓN!

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-¿Que haces aquí?

pregunto al entrar al diminuto sótano de la casa donde se encuentra Alejandro sentado en un sillón con la cabeza hundida
en su regazo observo con detenimiento alrededor de este andrajoso y estrecho lugar lleno de telarañas y hedor a madera podrida y me recorre un escalofrío que me eriza la piel. Siempre le he tenido miedo o mas bien desde que un día cuando era niña baje aquí para buscar una de mis muñecas preferidas ya que Ale lo había escondido, cuando iba a coger dicha muñeca del lugar donde se encontraba salto por mi mano una enorme araña. Tan grande fue el susto que sentí que corrí hacia la puerta y tropecé con un objeto punzante que perforó mi pie derecho, me levante a duras penas cojeando, chillando de miedo con la sensación que la endemoniada araña recorría mi cuerpo, para mi mayor desgracia al intentar abrir la puerta este se atoró. En ese entonces lo único que tenía en mi mente era que moriría sola y desangrada. Lo último que recordé antes de caer en la inconsciencia fueron las manos de mi hermano que sujetaba fuertemente mi cuerpo susurrando "Te tengo amor, te tengo.
Ahora que lo pienso eso si que fue extraño

-¿Que es lo extraño? me sobresalto al escuchar a Ale hablar

-¿Eh? Siempre pensando en voz alta Em, no me cambies de tema y dime
¿que haces aquí? pregunto para evadir mi ida del mundo.

Últimamente mi querido hermano ha estado extraño, actuando de forma violenta, diciendo cosas incoherentes ¿Que le estará pasando?

-Recordando- susurra mirándome fijamente

-¿Sobre que? replico curiosa de lo que pueda revelarme, quizás tenga algo que ver con su comportamiento tan extraño.

-¿Sabes? exclama ignorando deliberadamente mi pregunta
-Me parece mentira que hayas crecido tan pronto

Hace un recorrido completo de mi silueta dejando una extraña sensación de incomodidad en mi. Me remuevo inquieta al sentir el escrutinio de su mirada

- Ahora estas mas bonita- susurra perdiéndose en sus pensamientos

-¿Huh? No sabia de que iba su comentario pero me limité a escucharlo

-Cuando eras pequeña y te trajeron a casa no pude evitar sentirme feliz y dichoso de que ibas a formar parte de mi. Tal vez en ese entonces no entendía muy bien el significado de mis sentimientos pero desde que posaste tus lindos ojitos en mi y me sonreiste fui el chico mas feliz de la tierra
- me mira y sonríe-

-Desde ese entonces no pude dejar de sentir afecto por ti de esa cosa pequeñita que se encargaba de regalarme felicidad. A medida que fuiste creciendo te volviste muy apegada a mi aunque muchas veces no quería participar en tus juegos de "tazas de té" u otros juegos, al mirarte sabia que no iba a poder negarme a nada de lo que me pidieras.

- Río melancólicamente-

-No dejaba que absolutamente nadie se acercara a ti ni siquiera para hablarte, muchas veces ibas llorando alegando que me odiabas

Río fuertemente y siguió relatando.

-¿Para que hacerlo? Tu no necesitas de nadie solo a mi.

Tenia recuerdos de las cosas que estaba diciendo pero no entendía a donde quería llegar así que preste mas atención y escuche pacientemente.

-Creciste mucho al igual que mis celos y sobreprotección hacia ti. Por mas que no quería tenerlo no podía evitarlo te veía coqueteando con chicos y sonriendoles y eso me llenaba de rabia.
Esos coqueteos no duraban mucho sabes. Cuando veía a esos chicos y no estaban a tu alrededor como moscas los amenazaba, si vieras como corrían despavoridos al decirles que le arrancarían los testículos eran unos imbéciles -dijo con un brillo malicioso en los ojos

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2018 ⏰

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