Highschool DxD: Re Life

Capitulo 1: Soledad

Hola chicos y chicas, pues bien a qui les traigo este Fanfic de High School dxd, uno más del montón, lo sé, pero me encanto tanto la serie, las novelas y otros Fanfics que han desarrollado que he decidido hacer uno.

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Por las calles de Kouh, un solitario adolescente caminaba con un rostro impasible que no mostraba sentimientos. Su corazón se llenaba de frustración y tristeza debido a un suceso reciente que había presenciado.

En su andar, entró a un parque donde, en el pasado, había sido asesinado por un ángel caído llamado Raynare, quien se hizo pasar por Amano Yuuma y lastimó su corazón.

—Qué recuerdos... —murmuró.

La persona frente a la fuente era Hyodo Issei, el actual Sekiryuutei.

Era tarde, la hora en la que terminaban las clases. La razón de su estado era un conjunto de acontecimientos ocurridos en las últimas semanas.

Flashback - Residencia Hyodo

Ese día, el Sekiryuutei despertó tranquilamente en su cama. Lo primero que sintió al abrir los ojos fue el vacío que lo había estado consumiendo durante el último mes.

—Así que hoy también... —se dijo a sí mismo.

Se levantó de la cama y comenzó la rutina que había seguido antes de que todo cambiara: se aseó en el baño y luego bajó a desayunar con sus padres.

—Hijo, ¿sabes por qué las chicas han estado llegando tarde últimamente? —preguntó su madre mientras servía el desayuno.

—No lo sé... deben estar ocupadas con sus propios asuntos —respondió.

La pregunta de su madre le recordó que desde hacía un mes sus amigas lo habían estado ignorando; ya no dormían con él y apenas le dirigían la palabra, excepto para hablar de demonios o temas escolares.

Sin embargo, no todo era tan malo. Durante ese tiempo, Issei había estado entrenando con el ex-rey dragón Tannin y había obtenido resultados increíbles. Su Balance Breaker lo mantenía activo durante más tiempo, y había mejorado su habilidad con la espada Ascalon, superando incluso al caballero Gremory, Kiba Yuuto, quien lo había estado ayudando. Además, su entrenamiento le había otorgado una nueva habilidad llamada Red Fists, que le permitía envolver sus puños en una aura dracónica, causando daños severos con cada golpe.

El dragón galés Ddraig estaba muy orgulloso de su compañero. Issei había superado su depresión, cancelando el programa del Oppai Dragon, lo que le había permitido centrarse en su entrenamiento. Este cambio también había hecho que las chicas de la escuela notaran su transformación. Sus amigos pervertidos seguían siendo los mismos, pero no dejaban de ser sus amigos.

De vuelta a la realidad, Issei terminó su desayuno.

—¡Ya me voy! —exclamó mientras se dirigía a la puerta.

—¡Que te vaya bien! —gritó su padre desde el comedor.

Su camino a la escuela fue normal, caminando a un ritmo tranquilo. Al llegar a su salón, notó que Asia y Xenovia estaban ausentes. Aunque ya no le hablaban como antes, ellas no solían faltar.

—Issei, ¿ha pasado algo entre tú y las del club de ocultismo? —preguntó Motohama, el chico de lentes.

—Es cierto, Issei. Solo te he visto con las del consejo estudiantil y con ese odioso de Kiba Yuuto —añadió el calvo del trío.

—No, no ha pasado nada. Es solo que el club nos ha tenido muy ocupados con nuestras actividades, por eso también ayudo en el consejo estudiantil —mintió, tratando de evitar explicaciones.