Para mi suerte y desgracia terminó la clase de Biología, terminando consigo el rato de estar con Louis. Admito que nunca me había fijado en Louis hasta el día en el que me choqué con él por accidente. Me ayudó a recoger mis cosas y me preguntó mi nombre. Pero nunca volvimos a hablar hasta que me enteré que tenía algo con Blair y de ahí nos hicimos mejores amigos. Y aunque antes no me hubiera fijado en él, ahora tenía una pequeña obsesión con todo su ser, por no hablar de sus tatuajes, su sonrisa o sus ojos o la manera en la que se toca el pelo o simplemente todo... Y el único que sabía acerca de mi pequeña obsesión era Niall. Niall era el amigo de Liam, mi hermano. Niall se había pasado tardes enteras acariciándome el pelo mientras yo lloraba con la cabeza en sus piernas. Él era mi gran y mayor consejero, a decir verdad. Porque respecto a temas del amor, Liam era el menos indicado a aconsejar. Nunca había tenido novia formal y recuerdo a miles de chicas haber entrado y salido de su habitación con la excusa de hacer un trabajo. Una excusa muy vieja, Liam.
Mi siguiente clase: Lengua y Literatura. Clase en la que coincidía con mis mayores enemigas y Louis. Demasiada tensión habría en el ambiente, supuse. Tal como entré a la clase me senté en la esquina de la clase, alejándome de todos. Saqué mi archivador y unas cuantas hojas de éste, para apuntar lo que dijera el profesor.
-¿Está ocupado? -oí una voz femenina a mi lado.-
La miré y era Angie. No. Vete con tu amiguita.
-Creo que te estás quedando conmigo. -reí irónica, notando unas cuantas miradas sobre mí. Una de ellas fue la de Louis. Lo veía en la otra esquina y se limitaba a resoplar, viendo quién ocuparía mi sitio.-
-Voy a sentarme yo. -dijo una voz masculina detrás de Angie.-
La figura de Niall alivió todos mis pensamientos. Ocupó el sitio de mi derecha, sonriente como siempre.
-Te debo una. -le susurré, viendo que el profesor ya había entrado.-
-Me debes unas cuantas. -sonrió, mirándome. Y era cierto.-
La clase de Lengua consistió en debatir no sé qué tema que creo que ni venía al cuento de la asignatura. Y así fueron la mayoría de mis clases. Quitando Biología, claro. Cuando llegó la hora de irnos a clase, me fui al parking en el que el coche de Liam estaba aparcado. Cogí el móvil mientras esperaba al tardón de mi hermano. Diez minutos tardó. Guardé el móvil en el bolsillo trasero del pantalón.
-Impuntual. -bufé viéndolo venir con una chica.-
-¿Vienes con nosotros? -dijo la chica que tenía el pelo castaño y era de mediana altura.-
-No, creo que te has equivocado, eh. -dijo Liam ignorándome.-
-¿Te la vas a follar o qué? -le interrumpí, viendo cómo la cara de Liam iba siendo un puto tomate.- Tranquilo, puedo ir andando.
Cogí el móvil de mi bolsillo, abriendo la lista de contactos. Llamé a Niall pero daba comunicando. Comencé a andar, callejeando para llegar antes. Gracias a Dios que mi casa estaba prácticamente al lado del instituto ya que sino habría matado a Liam. Dejé la mochila en mi cuarto, bajando justo cuando la puerta se abrió. Bajé las escaleras y me encontré con mi madre.
-¿Ya estás aquí? -dijo sin más. Yo simplemente asentí. No tenía ganas de darle explicaciones.- ¿Y Liam? -me encogí de hombros, cogiendo algo de la nevera que comer.-
Mi tarde se basó en hacer los pocos deberes que habían mandado, elegir qué ponerme para lo del muelle y hablar por teléfono. Angie me había llamado y había quedado en recogerme pero sinceramente no tenía muchas ganas de ir con ella. Miré en mi móvil y no dudé en preguntarle a Niall y varios amigos más de Liam si irían al muelle. Todos me dijeron que sí con lo cual quedé con ellos. Me recogerían a las ocho y media. ¿Qué es el muelle? Pues básicamente es un lugar en el que beben, se drogan y follan. Era el antiguo muelle de aquí, Carolina del Norte, pero ahora se había convertido el sitio de ocio de la gente de mi edad. Era la primera vez que iba y sinceramente, no sabía si ir. Nunca me había drogado pero sí que había bebido y había mantenido relaciones sexuales.
