《Tweek x Craig》Primera vez~ Yaoi hard +18

Primera Vez

Sentía sus manos temblar al tocar mi pecho, lo mire con un sonrojo tierno y desviar la mirada.
Debía darle valor y tenerlo yo mismo para que este momento fuera especial para los dos pues... Sí, es la primera vez de ambos.
Mi primera vez...
Sentía un deseo inexplicable al mirar su cuerpo, su camisa desabrochada al igual que la mía exponiendo nuestros torsos, a diferencia de que yo estaba sobre él, en la cama de mi habitación.

Eramos novios oficialmente desde hace seis largos meses, nuestros padres lo sabían y lo apoyaban al termino de ponernos nerviosos e incómodos. Para este momento la mejor idea fue una pijamada, buena excusa para encubrir lo que pasaría esa noche, lo que teníamos planeado desde hace un par de semanas por mensajes de texto iba a volverse una realidad.

Eran las 10:00 pm, comencé a acercarme a sus labios muy despacio mientras él cerraba sus ojos lentamente preparándose para el choque de estos. Sus labios rosas, tan finos y suaves con un sabor peculiar a café que a pesar de que no disfrutara mucho de esa bebida, en él me parecía el sabor más exquisito de todo el mundo.
Intentaba profundizar el beso poco a poco pero aún Tweek era inexperto en eso y no es como si yo supiera mucho, en realidad busqué algo de ayuda en Internet sobre algunas cosas, pero esa es otra historia. Mordí uno de sus labios, provocando que gimiera un poco, lo suficiente para explorar su boca con mi lengua. Era un juego en el cuál también él quería jugar, lo cuál se notaba con sus movimientos y no me la dejaba tan fácil.
Sin darme cuenta un rato despues estaba besando su cuello marcandolo como mío, provocando en él gemidos.
Sentía sus manos arañando mi espalda, haciendome a mí seguir y bajar hasta su pecho, besandolo con suavidad, mi locura aumentaba mientras más probaba, más quería de él. Me acerqué a su pezon, mordisqueandolo y lamiendolo, haciendo círculos con mi lengua mientras que el otro lo apretaba con la mano y acariciaba con la yema de mis dedos.

No podía evitar gemir, sus manos frías por mi cuerpo me ponían nervioso y a temblar, más de lo que usualmente lo hago, en ese beso... sólo con eso me hizo querer más y como si ya lo supiera, se deslizó a mi cuello para besarlo y dejarlo con algunas marcas, de forma alguna, dejándome llevar arañaba su espalda sin darme cuenta de ello, indicando que deseaba que siguiera adueñandose de mí.

La habitación se llenaba de gemidos y jadeos por parte del chico rubio, además de suspiros del azabache para tomar aire y seguir explorando el cuerpo del otro.

A un momento se encontaba el más alto en la parte baja del rubio, acariciando sus caderas y desabrochando el pantalón con lentitud, rozando sobre este levemente la erección de su novio.
Pero se detuvo unos segundos.

-Tweek... estás seguro de que... -Sonrojado y con un tono avergonzado miró la entrepierna de su novio, luego lo miró a los ojos. Tweek sólo asintió sonrojado con una mano cubriendo su rostro mirando entre sus dedos.

-Está bien... entonces-

En un momento el pantalón del más bajo se encontraba en el suelo, mientras que el azabache tomaba una posición diferente detrás del rubio, para así meter su mano dentro del boxer verde y así empezar a mover y tocar el miembro erecto de este, con la mano temblorosa demostrando su torpeza y delicadeza.

-Ah... ~mmm , C-craig ...- gimió el nombre de su novio para tirar su cabeza hacia atrás y recostarla en el hombro de Craig. El más alto disfrutaba de los gemidos que provocaban sus manos, lo que lo hizo tener más confianza y así continuar tocando el pene que estaba un poco húmedo por la excitación del rubio, con un poco más de velocidad, mientras que empezó a besar suavemente el cuello de su amado al mismo tiempo. Todo lo que quería es hacer que Tweek se sintiera bien entre sus brazos.

Su miembro no tardo nada en encenderse por culpa de los gemidos del rubio y unos minutos después de los movimientos rápidos de Craig, el rubio llegó al clímax soltando un gemido un poco más fuerte, a lo que Craig tuvo que tapar la boca del Rubio con su mano. La otra mano estaba llena del mismo líquido blanco y pegajoso que bajaba por el abdomen de Tweek, lo cuál por el calor del momento lo hizo acostar al rubio y en un instante estaba sobre él, así limpió su abdomen y el miembro con su lengua, probando el semen que sospechaba amargo como el café, pero resultó siendo para él un sabor diferente, dulce como la miel.