Siempre estaré junto a Ti

Lo descubrió

Día tras día lo mismo, pero casi ya no los veo juntos, a decir verdad ya no los veo juntos; no sé qué habrá pasado, un día su mejor amiga se acercó a hablar conmigo, su amiga me conoce, y creo sospechaba que sentía algo pero yo lo negaba, no volvió preguntar.

Lo que me conto me tomo por sorpresa, la niña de mis ojos lo descubrió, se enteró del mayor engaño que él le hizo, mi corazón se contraía a las palabras que escuchaba de como ella se encontraba después de enterarse, su amiga me dijo que la ayudara, a que mi niña saliera de cómo estaba.

-Ayúdame, no sé cómo animarla, hace tiempo le decía que él no era bueno para ella pero no me escucho y ahora está más que deprimida y desde ayer no se de ella.

-Lo sé *suspiré* gracias por decirme *puse me manos en puños y Salí corriendo*

- Espera que harás *la escuche gritarme mientras yo corría*

- Algo de que debía y quería hacer Hace mucho tiempo *grite en respuesta cargado de rabia*

Debe estar destrozada y no estuve ahí para consolarla, debo buscarla pero antes debo hacer algo que hace tiempo he querido hacer. Divise su figura a desde lejos está con otra chica, fue hacia él y le di un golpe en el rostro con el puño cerrado, fue bastante fuerte cayó al suelo.

-Qué mierd...* levanto la vista y me vio, de sus labio salía un poco de sangre*

-Te mereces más por imbécil * sin más di la vuelta, de reojo vi la cara de asombro de la chica que estaba con él*

No me moleste en decirle a la chica, como es realmente él, ¿Por qué? Fácil, ella lo sabe; aun sabiendo que él tenía novia estaba con él, con ella fue que la engañó, tal para cual no?

Ahora a buscarla, fui a todos los lugares que conocía a las que ella asistía, incluso fui a su casa, no estaba, paro en una parque y me revuelvo el pelo nervios, donde estará, miro en todos lados con la esperanza de verla hasta que veo alguien en unos de los bancos; ¡es ella! ¡es ella! La reconocería a kilómetros, camino hacia donde ella se encuentra y me siento a su lado, permanece mirando la nada, la observo por un rato hasta que:

-Tú lo sabias no? *creo saber a qué se refiere cuando me dice eso*

-Sí, lo sabía, lo siento no quería herirte por eso no te lo dije *con la cabeza gacha*

-Tranquilo, no tienes por qué disculparte fui yo la ciega, no supe ver lo obvio que estaba pasando *miraba un punto fijo como si estuviera recordando *

-Lo amabas, el amor te puede hacer que no veas muchas cosas, o si las ves las ignoras

Poso su cabeza en mi hombro y dio un gran suspiro.

-Supongo que si

Apoye mi cabeza sobre la suya y nos quedamos en silencio por un rato.

-Gracias *dije luego de un momento*

-¿Por qué? *pregunte extrañado*

-Por siempre estar ahí, sin importar que *me miro y embosto un dulce sonrisa*

-No tienes por qué agradecer * le respondí con una ligera sonrisa*

Pasamos un rato más juntos y luego la lleve a su casa, por un rato trate de que olvidara todo lo que paso, incluso me hice del payaso solo por hacerla reír, volver a escuchar su risa y verla sonreír de nuevo me reconforta, poco a poco trataré de que olvide todo y esa hermosa sonrisa permanezca siempre en su bello rostro.