Nuevo Mundo
Un piquete en el brazo logró que abriera los ojos. Un hombre había inyectado algo en mi, mientras que una mujer le daba indicaciones, y al verme despertar, habló.
—Ya era hora, pulluela.—Dijo está. La mire, era una mujer joven, usaba lentes, el cabello rubio, pero lo que mas me impactó fueron sus ojos, estos eran negros, totalmente negros.
—¿Don...donde estoy?—Dije con la voz débil.
—Creo que sabes perfectamente en donde estas.—Respondió ella.
—¿Quién eres?—Pregunté ahora.
—Mejor pregunta. Yo soy Vanessa. Me encargo de que el proceso de combertirte en rechazada se cumpla a la perfección. Podria decirse que soy tu enfermera.—Respondió
—¿Que me inyectaron?
—Algo que te debilitara, pero tranquila, solo es temporal, no dañariamos a alguien de los nuestros.—Dijo con una sonrisa perversa.
Mire a mi alrededor, estaba en algo que parecia un hospital, o un psiquiátrico, habían mas camillas a mis lados, solo cinco de estas tenían personas, con los brazos y piernas amarrados, algunos luchando, otros dormidos. Mire mi cuerpo, tenía una camisa blanca, pero no estaba amarrada, ¿Porque no lo estaba?
A mi lado habia una comoda, esta tenia encima unas hojas, un vaso de agua, y una jeringa con algún contenido.Vanessa estaba de espaldas, diciendole algo al hombre que me habia inyectado. Comence a estirar la mano, en busca de la jeringa, si tenia suerte eso seria lo mismo que me inyectaron a mi. Alcancé la jeringa y la escondi en mi mano, mientras el hombre salia de allí.
Vanessa se acerco a mi, tomo mi cara y la examinó, sonriendo complacida, en ese momento saque la jeringa de mi escondite y la inyecte con fuerza en el cuello de esta, que calló enseguida al suelo, desmayada.
Salí de la camilla como pude, busque algo que me sirviera como arma, pero solo habían jeringas con agujas grandes, tome dos de esas y rece por que mi entrenamiento con Esteban y Sawyer haya sido de utilidad.
Sali de la sala, mirando el largo camino, no habían personas, por fortuna. Doble a la derecha, donde me encontre con un hombre, alto y vestido de negro, su cabello era café, y no podia ver su rostro, ya que estaba de espaldas.
Camine silenciosamente hacia el, con las manos apretando con fuerza las jeringas. Me lance a atacarlo, pero el predijendo mi movimiento, se volteo, me lanzo un golpe en la cara, y me azoto contra la pared.
Ahora, observando su rostro, pude notar que tenia, al igual que Vanessa, los ojos completamente negros.
Quito una jeringa de mi mano, y la inyectó en mi cuello, logrando que todo se volviera completamente negro.
Abrí los ojos, enderece mi cuello, dolía. Mire mis manos, y esta vez estaba amarrada, en una silla.
El hombre que me habia golpeado estaba frente a mi, me miraba con negando con la cabeza, sus ojos me causaban escalofríos.—Fallaste.—Dijo él, su voz era fria, calculadora.
—¿En que?—Pregunte, sorprendiendome del valor de mi voz.
—En la prueba. Quisiste huir. Mereces un castigo, ¿Lo sabias?
No conteste.
—Soy el líder de los rechazados, tu vida ahora es mía.— Se acercó a mi, doblo sus piernas para quedar a mi altura. Aproveche el momento y escupí en su cara.
Su rostro demostraba rabia, limpió con fuerza su rostro para luego lanzarme un segundo puñetazo en la cara.
—Tengo el perfecto castigo para ti.— El hombre aplaudio y con eso dos hombres entraron, llevando consigo a una cara conocida, una muy conocida, la cara de la persona que me crió, que jugo conmigo, me alimentó, la persona a la que mas amaba en mi vida. Mi madre.
—¡No! ¡¿Qué vas a hacer?! ¡No!—Grite con desesperación.—Mi madre levanto la cabeza, estaba con la cara hinchada, la habían golpeado recientemente, aún asi me sonrió.
El hombre me sonrió macabramente.
—La mataremos.— respondió.
Los hombres que sostenian a mi madre la sentaron en una silla frente a mi y la amarraron.
—¡Mamá! ¡No, por favor! ¡No le hagan daño!— Solloce.
—Es tu culpa, Sofía.—Hablo el hombre. Se posicionó detrás de mi madre y comenzo a acaririar su rostro.—Mirala, es muy parecida a ti, observala bien.
Este es tu aprendizaje Sofía. Ella no es la unica, intenta escapar de nuevo y cazaremos a cada uno de tus seres queridos. Acepta de una vez el que eres una rechazada, solo así terminaras tu proceso de transformación y salvar a tus seres queridos.—Habló dominante.—Te amo.— Habló mi madre con la voz quebrada. El hombre en un solo movimiento rompió el cuello de mi madre, dejandola caer sin vida en su silla.
La mató, esta muerta, ya no esta.
Mi cabeza reproducía una y otra vez lo sucedido, me encontraba mirando al vacío.
Una mano levanto mi cabeza, me estremecí al entrar en cuenta de que seguía en la habitación con mi madre muerta y su asesinó me estaba tocando.
—Nunca seré una de los suyos.— El odio que tenía hacia él logró un pequeño momento de valor.
—¿A no? Pero ya lo eres.—El hombre busco un espejo y lo puso frente a mi. Estaba desaliñada, mi cabello estaba hecho un asco, pero eso no importaba, lo que importaba eran mis ojos, eran negros, como los de él.—No te resistas mas, ya te dije que pasaría.
—No los encontraras.—Dije.
—¿Arriesgarias? Se que Sawyer esta a 30 kilómetros por el bosque buscandote. Se que Sebastian se encuentra en casa de Francisca superando juntos lo que pasó. Y por sobre todo, se que Esteban esta buscandote como un loco junto a Sawyer.
Me estremecí. Mato a mi madre, no podía soportar que estuviera tan seguro de donde estaban todos ellos, sabia que podian matarlos, les podian hacer daño. No tenía opción, finalmente, por la misma razón habia venido a caer aquí.
—Piensalo.—Me dijo.—Llevensela.— Los dos hombres que habían traído a mi madre anteriormente, sacaron mis amarres y me llevaron, salimos por el amplió pasillo hasta unas habitaciones, me tiraron dentro, y cerraron con una contraseña.
Habia una cama pequeña, un vidrio con vista hacia afuera, todo era blanco.
Me apoye en la pared y me arrastre hacía el suelo, en ese mismo momento, rompí en llanto sin poder controlarme, botando todo lo que pasaba, lo acumulado, la muerte de mi madre, el hecho de que era una rechazada, todo.
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Rejected
Vampire"El mundo de Sofía ya no es como antes, aquí nada es color rosa, los rechazados odian el rosa, pero no todo cuadra en este nuevo mundo, ¿Me acompañas a descubrirlo?" VoL 2